¡Hola mis queridos Souts y Amigos! Hoy vengo a concursar en el concurso de redacción de historias, este me gusta porque está lleno de adrenalina y la mejor parte es que ¡yo soy la protagonista! Bueno, la protagonista tiene mi mismo nombre, por lo que es como hablar de mí (risas). Los dejo con mi historia.

_Fuente

Mariangel es una mujer de negocios, tiene cuentas en criptomonedas, trabaja haciendo trading para varios clientes. Ella compra acciones de empresas cuando están en baja y luego cuando están el alza las vende. Es un juego arriesgado ya que el mercado bursátil es muy inestable. Su socio, Boris, la ve muy confiada, le pregunta qué operaciones va a hacer en la bolsa, a lo que ella responde que nada, que ese día no va a hacer nada ya que el mercado estaba bajo.

Al otro día, Mariangel le habla por teléfono a su jefe, iba camino a la oficina cuando recibió 2 llamadas de amenazas pidiéndole información sobre el mercado, le dice a Boris que tiene miedo, que en ese momento la están siguiendo unos motorizados, el jefe le dice que trate de perderlos en la autopista, que va a enviar a sus hombres a protegerla, pero que por nada del mundo se deje capturar. En ese momento Mariangel se da cuenta de que un motorizado se acerca peligrosamente a su puerta...

Mariangel notó que empezaba a entrar en pánico, tenía taquicardia y su respiración era agitada, pero se llenó de determinación, por nada en el mundo se dejaría atrapar, vio aproximarse al motorizado y en un intento por controlar sus emociones, tomó una profunda bocanada de aire, exhaló hasta que no quedó nada de aire dentro y supo que saldría de esta. Por alguna razón, sintió que darle todo el volumen a la música la ayudaría y así lo hizo, sonaba “Where have you been” de Rihanna, sonrió, dio un cambio de velocidad y pisó a fondo el acelerador.

Su auto era veloz, pero más lo eran las motos que iban tras ella, pero no se daba por vencida, sabía que la ayuda estaba en camino, solo debía resistir. Mientras, iba rebasando al resto de vehículos como loca – debí prestar más atención a las películas de “Rápido y furioso” – dijo entre dientes, aunque luego se reprendió mentalmente por pensar en ese tipo de cosas en una situación tan crítica. En una curva en la que esquivaba al motorizado acosador y a la vez un auto que iba delante, terminó por salirse del camino y chocar contra un árbol.

Quedó aturdida unos instantes, al recuperar la conciencia se alegró de siempre usar el cinturón de seguridad y se angustió de que los motorizados vinieran por ella. Abrieron su puerta bruscamente, pero no eran quienes la perseguían, los hombres de Boris habían llegado.

-¿Está bien señorita?- preguntó uno de los guardaespaldas.

-Sí, eso creo ¿Dónde están los motorizados que me perseguían?- respondió Mariangel mirando el desastre que dejó alrededor la persecución y su auto hecho polvo.

-Se dieron a la fuga, pero mis colegas están tras ellos. Debemos llevarla con Boris- sentenció el hombre.

Mariangel aceptó asintiendo con la cabeza y se fue con ellos tras una revisión que realizaron los paramédicos que habían acudido al lugar. Unos minutos más tarde, estaba en la oficina con Boris. Al llegar a la edificación se le veía calmada, aunque con algunos moretones, su piel blanca solía marcarse con facilidad.

-Mariangel ¿estás bien?- Preguntó Boris con preocupación auténtica.

En ese momento todas las barreras emocionales de Mariangel se desvanecieron y empezó a sollozar mientras Boris la abrazaba para consolarla. Rapidamente logró calmarse, llorar en público no era su “estilo”.

-¿Tienes idea de quién está detrás de esto?- dijo Boris que ya se había comunicado con la policía para que tomaran el caso.

-No lo sé Boris, ya sabes que este mundo es muy competitivo, podría ser cualquiera de las otras compañías- contestó mientras se encogía de hombros.

-Está bien, lo entiendo, la policía se encargará de todo, no te preocupes. Además te asignaré a uno de mis hombres para que estés protegida, esto no debe repetirse.

Mariangel no estaba siendo del todo sincera, hacía meses sabía que alguien estaba tras ella, había notado sucesos extraños a su alrededor, pero como conseguía librarse fácilmente no le dio mayor importancia.

Ya estando en casa, recibió una llamada, se trataba de un antiguo compañero de trabajo que se había enterado de lo sucedido ese día, mostrándose preocupado, le dijo para verse al día siguiente en un café, ella accedió, sería bueno hablar con alguien.

Así llegó el momento y el guardaespaldas la escoltó al lugar, la acompañó a adentro, verificó que estaba quien esperaba y se quedó vigilando desde fuera del local. Mariangel se sintió feliz de ver a su amigo Samuel y él también le dijo lo contento que le hacía que estuviese bien. Conversaron muchas trivialidades y recordaron sus inicios en este mundillo, rieron por todas las veces que él le enseñó algo a ella, en ese entonces ya él tenía experiencia y ella no.

-¿Por qué no dejas a Boris y te vienes a mi lado? A los míos no los persiguen motoristas de la muerte- Dijo Samuel con una risita burlona.

-Ya te lo había dicho antes Samuel, me gusta trabajar con Boris…- Respondía Mariangel hasta que su amigo la interrumpió

-¿Entonces no te gusta trabajar conmigo?- dijo enarcando una ceja y apoyándose con los codos sobre la mesita.

-No Samuel, no es eso- contestó en un tono suave para bajar un poco la tensión que percibía de su interlocutor -es que Boris ha sido un buen socio, no voy a irme de su lado solo por un susto- terminó con una pequeña sonrisa forzada.

-Tal vez la siguiente vez no sea solo un susto Mariangel, tienes que venir conmigo, sé de mi equipo y esto acabará.

Mariangel no estaba segura, pero se sintió amenazada, por lo que hizo un gesto tratando de restarle importancia e intentó levantarse para despedirse, pero Samuel en un rápido movimiento, la tomó del brazo y oculta, colocó un arma en su costado.

-Vendrás conmigo ahora y ni intentes pedirle ayuda a tu guardaespaldas, es uno de los míos- las palabras de Samuel retumbaron en su mente y no le quedó más que obedecer.

Entraron en el auto y terminaron por llegar a un edificio a las afueras que se veía abandonado, pero nada más entraron y no era así, adentro tenía personal activo. Fueron a un espacio más apartado y la conversación se retomó.

-Todo esto es muy fácil muñeca, tú me das lo que quiero y vives feliz y contenta con la protección que te daré y los beneficios de ello, será mucho mejor que estar al lado del “bueno” de Boris- dijo y se echó a reír.

-¿Sabes? Llegué a sospechar de ti, ya te había rechazado la propuesta una vez pero no te creí capaz- Mariangel negó con la cabeza y prosiguió – entonces también fuiste tú el que envió al galán de pacotilla que intentó sacarme informaciones a base de falso amor ¿no? – ahora sonreía mientras hablaba – eran tan obvio lo que intentaba que ni siquiera me preocupé por ignorarlo, él buscaba con qué hundirme y la que me quedé con el montón de pruebas en su contra fui yo – se echó a reír con ganas la Mariangel, sin miedo alguno en su mirada.

-Bueno, no todos aquí somos tan idiotas- pronunció la rubia mano derecha de Samuel ingresando en la escena, todos los planes que allí se hacían siempre iban de la mano con ella – Samuel, ya va siendo hora de definir las cosas ¿no? Si nos va a ser útil, pero sino ya sabes que hay que deshacernos de ella – sentenció.

-Bueno bonita, te he dado más oportunidades que a cualquiera, no lo arruines, aquí tendrás todo y más o ¿es que se te olvida que eres lo que eres ahora porque fui yo quién te llevó hasta ese lugar?- dijo Samuel con la mirada fija en Mariangel.

-¿Que tú eres el autor de mi éxito? ¿eso intentas decir? ¡Ja! Ahora sí estoy segura de que estás loco – los ojos de Mariangel se encendían como el fuego ante semejante declaración – Tú solo me diste unas orientaciones en mis inicios, pero lo que soy, lo que tengo y lo que hago, el nombre que me he forjado en la industria, todo es mío, todo lo trabajé yo sola y por eso me fui de tu lado, porque no eres más que un corrupto controlador.

-¡Bueno, ya basta! – gritó la rubia – ya me tiene harta este numerito, es obvio que no vas a colaborar así que no nos sirves- desvió su mirada hacia un costado y continuó – Tú, el “galán de pacotilla”, hazte cargo ya.

Mariangel miró en la dirección que siguió la mirada de la rubia y allí venía él, con su sonrisa de “Henry Cavill” en la cara menos sexy que se hubiese visto y un arma en la mano. Ella se lamentó para sus adentros de que su vida terminara en manos de tan despreciable raza, cerró sus ojos y esperó el final… Solo que el final no llegó para ella.

Mucho ruido ingresó al edificio de repente, “al suelo” se alcanzó a escuchar y cuando abrió sus ojos, la policía estaba allí. Resulta que las autoridades tenían mucho tiempo tras estos delincuentes, Boris tenía un tiempo colaborándoles y ahora, gracias a sus descuidos persiguiendo a Mariangel y dejando evidencias por todos lados, estaban atrapados.

-Fin-

¡Gracias por leerme!

_{Invito a participar a @leidysfa, @joshdavid y @blessedlife, la información está acá.}