Concurso: "Me quedé con las ganas" / Me quedé con las ganas de casarme con esa chiquilla: Amparito

1. ¿Eres de los que escogen el camino seguro para evitar "quedarte con las ganas"?

Claro que sí. Esa es la naturaleza humana. Cada vez que haces algo lo que procuras es alcanzar tus objetivos. El problema es que no siempre tenemos puntería. Nuestros anhelos se vienen abajo por diversos factores, por ejemplo, porque nos cayó un aguacero encima, porque nos faltó dinero, porque a alguien por allí le llegó la menstruación o porque tiene un palo de diarrea por haberse comido unas caraotas que amanecieron fuera de la nevera.

2. ¿Alguna vez has querido comerte algo bien sabroso, pero no has podido?

Me pasa todos los días. Vivo antojado de comer miles de cosas ricas, pero la pelazón del socialismo del siglo XXI me lo impide. En este momento, por ejemplo, me gustaría zamparme medio kilo de cochino frito con cachapa y queso.

3. ¿Has planificado un viaje, o algún otro evento, que no has podido realizar en su momento?

Para nada. Las veces que he podido viajar afortunadamente todo me ha salido bien.

4. ¿Has tenido que atrasar alguna publicación en Steemit, muy a tu pesar, debido a cualquier imprevisto?

Claro que sí. En nuestra vida cotidiana naturalmente ocurren eventos imprevistos y eso entorpece nuestras actividades. Y es porque las prioridades se atienden primero.

Lo otro que nos coarta el trabajo en Steemit son las fallas en los servicios públicos, porque, por ejemplo, si hay un apagón prolongado lo que nos queda es esperar. Hay veces también en que el Internet funciona al estilo chino: un rato “chi” y un rato “no”, y así no nos rinden las tareas.

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5. ¿Sientes frustración cuando no puedes hacer algo que ya habías planificado o simplemente te da igual y esperas una nueva ocasión?

De frustraciones están llenas nuestras vidas, y más aún cuando vives en una nación donde las cosas medio-funcionan. Muchas veces vas a sacar un papel en un organismo público y te tienes que regresar dizque porque la que atiende la oficina no se sabe cuándo vendrá a cumplir con sus responsabilidades.

Y, así por el estilo, este es un país de frustraciones porque muchos de los que van a una cola de la gasolina pasan hasta días o largas horas y de repente se regresan a sus casas enfermos y con el carro remolcado.

Desde otro punto de vista, sobre todo cuando se es chamo, uno se enamora como una cochina de muchos amores imposibles. Aunque hay veces que los amores son posibles, pero se atraviesan piedras en el camino difíciles de sortear. Por eso es que un maracucho por allá inventó la canción de Amparito, en la que expresa con nostalgia: “Me quedé con las ganas de casarme con esa chiquilla”. Menos mal que en el mundo las mujeres sobran como la arena en el desierto.