Cuando tuvo que mentir lo hizo para resguardar la inocencia de alguien que no merecía el cuestionamiento en que se encontraba. Le creyeron porque usted tiene una reputación de honestidad. Esto creo que explica muy bien por qué la mentira no debe ser lo habitual entre nosotros. Confiaron en lo que usted dijo porque su costumbre es decir la verdad y sabe que eso no va a cambiar, simplemente tuvo que echar mano de una mentira porque lo creyó necesario, para hacer justicia, pero jamás se le ocurrirá convertir eso en un hábito. Muchas gracias por acudir a este concurso con sus excelentes opiniones. Saludos.