SEC - S13W2 | Para reflexionar

Existen frases que invitan a reflexionar porque nos ofrecen inquietantes perspectivas de este complejo mundo en que vivimos...

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Quien busca la verdad merece el castigo de encontrarla. Santiago Ruseñor.

Hay verdades que nos liberan, pero existen otras que son patéticas, que les quitan el encanto a nuestras convicciones. Si somos víctimas, por ejemplo, de una infidelidad amorosa y algún indicio nos conduce a buscar la verdad y la encontramos para finiquitar esa situación, podemos decir que nos hemos liberado de una mala relación. Nunca podrán ser buenos los engaños y las mentiras en el ámbito sentimental. Así mismo, si nos llegan a acusar de algún delito que no hemos cometido, cuando emerge la veracidad de lo sucedido somos, por supuesto, eximidos de esas infundadas culpas.

Sabemos, sin embargo, de otras verdades que parecieran despojar de su magia, de sus placenteras emociones, a algunos eventos que disfrutamos o nos cautivan. Nada tiene que ver el espectáculo cromático de un arcoíris en el firmamento con la explicación científica, objetiva, del fenómeno. Siempre me parecerá mejor imaginar que se trata de un milagroso regalo del cielo en lugar de ceñirme a esa desabrida verdad de la luz que se descompone a través de un prisma natural.

Y lo mismo me sucede con las relaciones amorosas. Esas explicaciones de hormonas que se sublevan, de fluidos en ebullición y de otras reacciones físico químicas están sumamente alejadas del apasionante y placentero escalofrío que provoca el contacto de dos cuerpos desnudos. Son estas verdades que enriquecen el conocimiento, pero nada les aportan a las sensibilidades, en nada contribuyen a la emoción de experimentarlas.

Ahora bien, es difícil dilucidar a cuál verdad se refiere Santiago Ruseñor en esta sentencia. Podríamos expresar nuestro desacuerdo, alegando que, por muy nociva que resulte, siempre será mejor conocer la verdad en lugar de vivir bajo el engaño o en la ignorancia. Sin embargo, creemos más bien que este escritor se refiere a esas eternas preguntas filosóficas que nunca han tenido respuestas, pero los pensadores continúan incansablemente reflexionando sobre ellas:

¿De dónde venimos, hacia dónde vamos, está escrito nuestro destino de antemano o dependemos de las azarosas condiciones que nos rodean, Dios existe o es una creación de la imaginación humana…? Quizás resulte inadecuado para todos conocer las soluciones definitivas de esas interrogantes.

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Cuando era pequeño rezaba todas las noches por una bicicleta nueva. Luego me di cuenta de que con el Señor las cosas no funcionan de esa manera, así que robé una bicicleta y le pedí perdón. Emo Philips

En cuanto a la moral religiosa, esta situación es complicada. En primer lugar, este creyente desobedece el séptimo mandamiento de la Ley de Dios: No robarás. Sin embargo, una vez cometido el pecado, gestiona su perdón y, si lo hace desde el verdadero arrepentimiento, de acuerdo con lo que pregona la doctrina cristiana, debe ser eximido de su culpa.

Se trata de una situación que es más común de lo que creemos. Existen numerosas personas que pasaron toda su vida violando las leyes humanas y las divinas y, de repente, toman una Biblia, se suman a las filas de una de las muchas doctrinas que pululan por este mundo y ya se sienten purificadas, perdonadas y con derecho de acusar a los demás de pecadores y hasta de engendros malignos.

Es necesario puntualizar entonces, ante estas disyuntivas, que ninguna norma, ni divina ni terrenal, se instituyó para que funcionara de acuerdo a la conveniencia de cada individuo en particular, sino para establecer el orden, para regularizar las relaciones humanas. Lo ideal no es que busquemos en todo momento cómo burlar los parámetros que rigen la convivencia, sino que esos preceptos deben convertirse en los lineamientos que guíen siempre nuestra conducta.

Si la mayoría de las personas, en lugar de acatar los principios que hacen posible el equilibrio social, se dedica a buscar la manera de burlarlos, de adaptarlos a su mal proceder, apelando a subterfugios que puede evadir las responsabilidades de sus acciones, nuestro entorno fuese un caos donde imperaría la ley del más osado… Mucho cuidado que podríamos estar a punto de llegar a esa situación.

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Invito a los amigos:
@mofmaria,
@venturabogarin y
@leudi