48° CONCURSO DE REDACCIÓN DE HISTORIAS. / ¡Vivir de la basura!

Hijo eso es una pieza cualquiera, no creas que por ser de ese color tiene oro o algún material de valor, si ya terminaste en el vertedero, báñate y mañana será que seguiremos en nuestra labor, tranquilo hijo quien quita que en este nuevo día Dios nos bendice.

A pesar de que son muy pobres, José y sus hermanos van a la escuela y cada vez que vienen de regreso les gustan pasar viendo una inmensa casa que para ellos es misteriosa, está a dos calles antes de llegar a suya. En la casa vive un solitario extranjero adulto mayor, que le gusta inventar infinidades de cosas para luego venderlas y al que José con sus hermanos le llaman con el apodo por cariño “El Profesor Loco”, al señor no le importaba, es amigable con ellos y les mostraba sus inventos, dejando entre veces participaran en la construcción de algunos de sus objetos.

La pieza encontrada estuvo al resguardo de José por una semana, hasta que, se decidió ir a casa de su misterioso conocido profesor, que, al mostrarle la pieza, se quedó suspendido de asombro con sus ojos sonrojados. No era de esperarse tal comportamiento del señor, José se asustó pensó que le iba pasar algo porque aparte de como tenía los ojos su piel también se opaco.

Y no era para menos, al volver en si, el amigo profesor le dijo aun sin salir de su sorpresa que ya había pasado muchos, pero muchos años, cuando su papá actualmente fallecido, había inventado una máquina y la construyo allí en el garaje de su casa, que por perdérsele una pieza idéntica a esa no la pudo poner en marcha, le costaba creer que podría ser esa por la buena condición en la que se encontraba la pieza.

José le dijo dónde estaba cuando la encontró, a él no le extraña su buen estado ya que estaba envuelta en una tela muy fina, y metida en un envase tapado de plástico muy debajo de otros que los cubría del sol sin recibir ninguna humedad, en una parte muy aislada del vertedero en donde él se acerca para descansar.

El amigo profesor le dice a José con optimismo, he tenido la maquina hasta ahora como una reliquia claro haciéndole su mantenimiento de vez en cuando, por ser el último invento de mi padre y tú me has despertado la esperanza de que funcione en su totalidad, si lo logramos con esta pieza, que es casi única, porque es muy difícil de conseguir. Tú serás beneficiado igual que yo al 50%, eso puedes considerarlo un hecho.

Mientras le quitaban la lona que cubría la máquina, el profe le contaba a José que él sabía todo de cómo fue construida y aun guardaba bien los planos, que ayudo a elaborar, y que gracias a su papá él tenía esa vocación.

Ambos estaban emocionados al terminar de colocar la pieza en su lugar, y que creen, encendió, el profe le hizo unos toques técnicos y mando a José a buscar unos materiales para agregárselos a la máquina, y haga su debida función. La cual consistía en introducirle troceadas 60 botellas plásticas por un embudo de acero inoxidable, en donde se derretían, y luego pasaba ese líquido a una cámara donde se mezclaba con unos aditivos para formar una especie de pegamento que corre por una tubería para salir por una llave de pase.

Y si, marcho a la perfección el resultado fue tal como lo fuera querido el padre del profe. No esperaron en pronunciar su emoción, José hizo llamar a sus hermanos, padre y madre acordando un emprendimiento con esta mezcla que llamaron pegamento industrial “Plastic-Jos”, gracias al estatus económico que tenía el profe pudieron poner en marcha la pequeña empresa que formaron finalmente cuatro meses después cuando José cumplió la mayoría de edad (18 años), quedando como gerente de obras y director de una fundación ecológica que formo, de recolección de botellas plásticas con la que después recibió donaciones y un reconocimiento por protección al medio ambiente.

Esto no quedo allí José tenía una gran familia ahora junto al profe, las personas que trabajaban en la fundación y la empresa que creció gracias a un crédito bancario que recibieron para hacer tres máquinas más y mudarse a un establecimiento acondicionado acorde a sus funciones.


Aunque parezca un cuento de fábula, son muchas las sorpresas que podemos tener en la basura o caminando por allí, un simple objeto perdido o botado pudo cambiarle la vida a una joven, su familia y amigos. Que con su ingenio y dicha consiguieron también mejorar la calidad de vida de ellos y de otras personas empleándolas e implementando los valores humanos y de responsabilidad ambiental.