Sonreír con dientes sanos es Ley.

El principal aliado para la salud bucal es el cepillado, presta atención, el cepillado con o sin crema dental, el uso de esta es solo para hacer más agradable el proceso de cepillarse, algunas promueven u ofertan elementos dentro de su constitución como el Flúor o Calcio con efectos anti caries, es probable que sea cierto pero los dientes tardan mucho en absorber cualquier factor, ya que el esmalte dentario que los recubre es uno de los más resistentes del cuerpo humano. El efecto anticariogénico inmediato se consigue a través de una buena remoción de la llamada placa bacteriana, esa especie de película que recubre las piezas dentales después de comer o dormir. De allí la importancia de realizar la limpieza en esos períodos.

La técnica más apropiada es aquella que resuelve el problema, sin embargo la del “barrido” en los últimos años ha tomado mayor valor científico, al demoler de forma mas contundente la placa, es barrer con el cepillo dental todas las caras de los dientes y molares, aun la más lejanas de la zona anterior. Para ello se necesita tener una herramienta adecuada, con cerdas en buen estado y mango recto es todo, no importa la marca, interesa lo operativo que se encuentre. De manera que siempre lo importante será una correcta destreza, no si tengo crema o no para hacerlo, o si el cepillo no es del sello comercial de mi agrado.

Cuando BP incluyó el elemento sonrisa en la Ley sin duda realizó un gran acierto, nos enviaba un mensaje de optimismo cualquiera fuesen las circunstancias que atravesásemos y a mostrar unos dientes sanos, quizás en esa época desconocía todos los múltiples benéficos de reír, mas como buen hombre adelantado a su tiempo lo ofreció para que formara parte de nuestra vida. Reír optimiza la oxigenación del cuerpo, normaliza el pulso cardíaco y ventila los pulmones. Por otra parte libera las endorfinas (sustancias que produce nuestro cerebro que generan un efecto de placer y bienestar) necesarias para sentirnos bien, contribuye a estar menos tensos, se realiza una mayor cercanía o simpatía hacia las personas con las que se ha compartido la risa.