Tanto el Jueves como el Viernes Santo es una tradición en Venezuela consumir pescado en cualquier presentación, pero en casa tenemos por costumbre hacer tortillas o cuajao de pescado. El día de hoy tuvo una variante, ya que le agregamos papas, jejeje.

Es biernes santo y las sábanas se me pegaron, debe ser porque la noche anterior me acosté tarde viendo películas con los chicos. Hora de levantarse, agradeciendo siempre a Dios por su amor infinito. Después de asearme me dirigí a la cocina a disfrutar un rico café caliente que ya mi hijo había preparado, lo acompañé con panes asados al sartén con mantequilla y crema de berenjena.

Como mes tradición en casa, hicimos por segundo día consecutivo tortilla de pescado salado. Ya en la nevera tenía preparado el pescado espicillado, lo guisé con cebolla y ají dulce. Luego freí papas en rodajas y plátano maduro.

Mi hija batía la clara de los huevos a punto de suspiro, luego le incorporaba la yema y sal, yo vierto la mitad de la mezcla en la sartén y reservo la otra mitad. Coloco una capa de pescado, luego una de plátano y finalmente una de papa. Al estar cocido el huevo tomo una tapa grande y volteo la tortilla en ella. Le agrego un poco de aceite a la sartén y vierto en el la mezcla que había reservado.

Con cuidado coloco la tortilla que tengo en la tapa sobre la mezcla de huevo en punto de suspiro, despego con una espátula y vuelvo a voltear. Esta delicia de tortilla de pescado la acompañé con caraotas negras, arroz y ensalada rusa.

Para merendar tenía unas galletas María que acompañé con café.

Para finalizar las comidas del Viernes Santo disfrutamos unas ricas arepas con huevos revuelto y crema de berenjena. Me encanta la crema de berenjena con su característico sabor ahumado.

Gracias amigos por acompañarme en mi publicación, donde el pescado nuevamente es el protagonista en este tiempo de Reflexión y oración.