Tal como usted dice, debe ser coincidencia, pero siempre me han tocado unas sopas de pollo sin mucho gusto. Así me pasaba con el hígado, hasta que mi suegra preparó uno que resultó exquisito, me dio la impresión de que era la primera vez que lo comía. De modo que no le quito sus razones, de repente no he disfrutado de una buena sopa de pollo. Gracias por el comentario. Saludos.