Steemit Engagement Challenge S6/W1: enumere los juegos al aire libre de su infancia, que no son famosos a nivel mundial

Durante la niñez disfrutamos de una serie de juegos que solo dependían de nuestras capacidades físicas y mentales, nada tenían que ver con la omnipresente tecnología que ha marcado esta época. Muchas de esas diversiones han quedado arrinconadas en los rastrojos de nuestra memoria, ya que no se practican en la actualidad.

Hind Whale nos invita a rememorar esos juegos de la infancia con la finalidad de darlos a conocer y, si es posible, rescatar parte de esa herencia ancestral que formó parte de la cotidianidad de nuestro entorno...

_{Fondo perteneciente a la galería del autor/ Editado en PowerPoint/ F}

Uno de mis juegos favoritos de la niñez, el cual se perdió entre las brumas del tiempo y ya no se practica casi en ninguna parte, se denomina el gárgaro. Esta palabra aparece en el Diccionario de la Real Academia Española como sinónimo de escondite y en el Diccionario de Americanismos, editado por esa misma institución, se ofrece una brevísima explicación que se encuentra igualmente dentro de esa acepción:

Juego infantil en el que un jugador, previamente elegido, persigue a otros jugadores que han salido de su escondite, hasta que uno de estos es atrapado y pasa entonces a perseguir a los demás.

Ninguno de estas definiciones concuerda, sin embargo, con la manera en que practicábamos en aquel entonces el mencionado gárgaro. En primer lugar, antes de comenzar el juego propiamente dicho, era necesario formar dos equipos, los cuales debían estar integrados por un mínimo de cuatro personas cada uno (con menos de esa cantidad no había tanta diversión) y un máximo de ocho (si eran más se tornaba muy largo el juego, corriendo el riesgo de que nunca se terminara).

A continuación se elegía una base; generalmente se trataba de un poste del alumbrado público, ya que el gárgaro siempre se jugaba en plena calle; y para comenzar la acción se lanzaba una moneda al aire para que el azar determinara cuál de los equipos sería el que perseguiría al otro. En esto último se centraba la diversión: Los integrantes de un grupo se dedicaban a correr, a emplear toda su velocidad y sus argucias corporales, para evitar ser atrapados por los otros que intentaban neutralizarnos.

Cada vez que alguno de los que pertenecían al equipo de los que estaban huyendo era atrapado, lo llevaban a la base. Allí dos o tres de sus contrincantes se apostaban muy atentos porque debían evitar que algún miembro de los perseguidos venciera o burlara su barrera para tocar al compañero que ya estaba confinado en la base y dejarlo de nuevo libre. Esto significaba volver al punto de partida, ya que el equipo perseguido volvía a recuperar a ese miembro.

Los integrantes del grupo de los perseguidos, entonces, tenían que evitar ser atrapados y llevados a la base. Los perseguidores debían capturar a sus oponentes, asegurarlos en la base y defender esta para que los adversarios no pudiesen venir a liberarlos. El juego se terminaba, por supuesto, cuando todos los que huían eran atrapados y era una ley implícita que se debía, por lo menos, jugar una vez más para que los grupos intercambiaran sus roles.

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Invito a los amigos: @principeleonardo, @mdkamran99 y @mariami a participar en este ameno concurso.