Concurso: revisa tu juego favorito

Aunque casi siempre creemos que los videojuegos solo tienen nuestra atención cuando tenemos ratos libres, en mi caso no sucede así. Jugar en mi celular se ha convertido en una forma de liberar estrés y a su vez, disminuir la ansiedad que por una u otra razón m esté atacando.

Con la llegada de Candy Crush a los dispositivos móviles he conseguido un gran aliado terapéutico y hoy día, no dejo de agradecerle a su creador porque sin saberlo, me ha ayudado muchísimo a controlar mi problema.

Con Candy Crush logro un margen de desastres que no se explicar. Lo veo como un juego que nos impulsa a pensar, calcular y hacer mucho uso del sentido común; particularidades que se complementan mucho con mi personalidad porque suelo ser una persona muy analítica.

Para mí, vincular la diversión con una terapia ha sido muy significativo porque he logrado equilibrar mis niveles de ansiedad de forma correcta.

La adrenalina que se siente cuando avanzamos de nivel o en su defecto, se pierde porque las jugadas no salieron, podemos utilizarlas como enseñanzas para manejar situaciones de la vida cotidiana. Debido a esto, he aprendido que más allá de un juego, también es una especie de escuela que educa para el autocontrol.

Muchos psicólogos siempre recomiendan hacer actividades lúdicas y por lo que he aprendido con mi juego favorito, les puedo decir que es una excelente manera de crecer en muchos aspectos porque la lógica siempre nos determinará muchas situaciones al momento de actuar en nuestra vida social.