En primer lugar mi día normal siempre empieza al amanecer de cada día, agradeciendo a los cielos el hecho de tener salud y ser parte de una familia preciosa, generosa y de grandes virtudes espirituales. Doy gracias de despertar en mi amada patria Venezuela (y, específicamente, en Cumaná, mi terruño) que, a pesar de estar atravesando por una crisis excepcionalmente lamentable en su historia republicana, es el lugar donde me corre la sangre por las venas y mis pulmones se ensanchan de orgullo al respirar el aire que bendice los paisajes de esta tierra sin par.

Hoy, como cada día, volví a elevar mis plegarias pidiendo que mi país pueda volver pronto al sendero de la democracia plena y que esto se traduzca en armonía social, salud y progreso para todos nosotros, sus habitantes.

Hoy también, como acostumbro hacer desde hace bastante tiempo antes de tomar el toro por los cachos (es un decir), hice un poco de ejercicio físico o ‘estiramientos’, como digo yo, para tratar de mantener el cuerpo a tono y la mente saludable y alerta.

Como mi esposa se encuentra en la isla de Margarita, desde finales del año pasado, asistiendo a su hermana que, muy penosamente, sigue hospitalizada después de sufrir una caída que le ocasionó fractura en una pierna, esta mañana desde muy temprano me ocupé de las labores inherentes del hogar.

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Luego tuve un delicioso encuentro en el centro de la ciudad, matizado con un aromático café, con mis compañeras en @equipocardumen: @evagavilan y @marcybetancourt, quienes nos reunimos para tratar algunos asuntos relacionados con nuestras cuentas en Steemit.

Ahora al mediodía, estoy tecleando estas letras para cumplir con la amable propuesta de @anomadsoul de Mi 2020: un día normal y dejar constancia de mi profundo agradecimiento a todas aquellas personas y cuentas de equipos que me han acompañado, motivado, impulsado con su presencia, sus votos y comentarios en estos dos años de aprendizaje. Dos años donde he tenido el gusto y el placer (sobre todo) de leer excelentes publicaciones que abarcan el espectro de la cultura en sus múltiples manifestaciones.

Después, en el transcurso del día Dios mediante, entre otras cosas, seguiré por televisión las incidencias del Open de Australia 2020, el torneo de tenis que se está celebrando desde el 20 de enero hasta el 2 de febrero, en Melbourne (Australia). En este punto no puedo dejar de hacer mención para lamentar la terrible catástrofe que ha ocasionado los incendios ocurridos en ese grande y maravilloso país de Oceanía, donde se estima que han muerto más de 25 personas y millones de animales que habitaban en los extensos bosques devastados por las llamas.

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Al finalizar, sabiendo que corro el riesgo de parecer injusto con algunos amigos de mi corazón, ya que por razones de espacio no podré nombrarlos a todos, no puedo concluir esta publicación sin dejar de mencionar a una parte de mi familia de sangre y a la por mí elegida: @alidamaria, @gracielaacevedo, @evagavilan, @josemalavem, @eudisdiaz, @rjguerra, @marcybetancourt, @hlezama, @adncabrera, @isauris, @octocel, @acostacazorla, @ramonochoag, @nancybriti, @hljott, @solperez, @danapalooza, @wilins, @aurodivys... a todos va mi consideración con un fraternal abrazo.

Reciban ustedes, compañeros de viaje
que navegan a bordo del mágico vapor Steemit,
como un gesto de estima y deferencia,
una simbólica flor amarilla.
Saludos.

_{Las dos primeras fotografías
y la última son de mi propiedad.
Tomadas con un teléfono Samsung,
modelo Ace2 GT-I8160P}

Si desean participar en el Concurso propiciado por
@anomadsoul pueden ver las bases haciendo clic aquí.