Hoy es mi primera participación en este especial concurso traído por @ruthjoe y lo haré con una historia que por mucho, quisiera no fuera real. La tristeza llegó para quedarse.

En casa de mi amiga Suyin acaban de sufrir una pérdida. La hija mayor de su actual pareja en otro matrimonio falleció dejando a su padre devastado. A ella, por amarlo tanto y haber compartido con su hija por mucho tiempo se le dificulta ver más allá de sus lágrimas... Te invito a que conozcas un poco más de la historia de Diana.

Diana, era una niña muy alegre y solía pasar tiempo con su papá y Suyin, la nueva esposa de su padre. Cuando Kamila, su hermanita nació, siempre estuvo pendiente de ella y la frecuencia de sus visitas se multiplicó porque quería estar siempre con su nueva hermanita. Suyin quien es una mujer muy cariñosa, además de que disfrutaba de la visita de la niña siempre la atendió como su hija, nunca tuvo una razón para que fuera de forma diferente. No desperdiciaba la oportunidad de aconsejarla y hasta darle uno que otro sermón. La relación entre ellas era muy cercana.

El tiempo transcurrió, Diana creció, y en esa misma medida, a pesar de su cariño las visitas fueron mermando limitándose a fechas especiales y cumpleños. Diana creció con su madre quien es una mujer trabajadora pero con poco tiempo para dedicarle por las exigencias de sus horarios como enfermera y por tal razón compartía más con su abuelita materna en quien encontraba refugio.

Pronto Diana comenzó a asistir a fiestas, consumir bebidas alcohólicas y a hacerlo con más frecuencia de lo que una muchacha de su edad regularmente lo haría y como es de esperarse, la compañía que tenía en esta nueva vida no era la mejor. Suyin por su lado, siempre tratando de mantener la cercanía, buscaba la manera de comunicarse con ella pero no logró hacerla desistir de este comportamiento. El año pasado, en noviembre, estaban celebrando el cumpleaños de uno de sus amigos y a las cuatro de la mañana se quedaron sin alcohol. Diana y un amigo, en alto estado de ebriedad, decidieron salir a comprar más alcohol, se montaron en la moto de su amigo y arrancaron a lta velocidad, pero algo sucedió, a pocos metros de camino su moto colisionó contra una acera. Ellos salieron disparados de la motocicleta, él murió al impactar contra el pavimento y ella milagrosamente quedó viva, pero con una fisura craneal.

Avisaron a su padre de lo sucedido e inmediatamente viajó de Cumaná a Margarita, lugar donde ella residía con su madre. La encontró hospitalizada, intubada y con su cabeza inmovilizada por lo delicado de su situación. Estuvieron alimentándola a través de un tubo por unos días y poco a poco, con la atención médica y los cuidados de su familia Diana se restableció. Tocaba ahora una parte tan importante como la primera, su recuperación. Con el tiempo a su favor Diana fue dada de alta y su papá decidió llevársela con el para hacerle un mejor seguimiento en su recuperación. El tiempo de reposo, aunque corto y los cuidados de Suyin hicieron efecto, a las pocas semanas ya estaba con muy buen semblante pero sin haber aprendido nada de lo que había ocurrido. Cuando acudió a hacerse su último chequeo médico, la doctora le advirtió: "Aparentemente estás bien; sin embargo, eres una bomba de tiempo. Si realmente quieres estar en óptimas condiciones y recuperarte totalmente necesitas guardar un reposo de por lo menos tres años, una fisura en el cerebro no es cualquier cosa".

Con estas palabras de advertencia todos pensaban que Diana obedecería a la doctora, todos creían que se daría cuenta de lo afortunada que había sido de salir viva de este accidente en el cual había muerto su amigo, pero no fue así. Comenzó a salir de noche nuevamente, a trasnocharse, A BEBER alcohol y a montarse en motos, todo igual; como si no hubiese pasado nada olvidándose de que su cerebro aún estaba delicado. A las pocas semanas tuvo que usar collarín, por un "dolorcito cervical" y luego le comenzó a brotar un liquido amarillento de su nariz, pero para ella eso no significaba mucho hasta que un día se desplomó y requirió la ingresaran de emergencia en el hospital. Allí volvió a repetirse la historia, los tubos en su cuerpo para reanimarla, la preocupación y la angustia se mudaron otra vez pero en esta oportunidad sería sin fecha de ida. Habían tenido que colocar ventiladores para auxiliar sus pulmones, Diana tenía muerte cerebral. Después de unos días de suspenso, tratando de darle vida a un rayito de esperanza que aún albergaban en sus corazones, se llevó a cabo una junta médica y se llamó a sus padres para decirles que el daño cerebral era muy grande y que de nada serviría mantenerla como estaba. Luego de pensarlo por otro lapso de tiempo y realmente darse cuenta que solo dependía de los ventiladores en sus pulmones, con todo el dolor que ello implicaba, tomaron la decisión de desintubarla.

Hoy Suyin en su tristeza me decía, quizás no debimos dejar que se fuera nuevamente. Tuvimos que haber sido más fuertes con ella, tal vez aún estuviera viva... Yo pienso...