Concurso: Mujeres con historias de novela. Edición "In memoriam"

María Jesús despertó ese domingo de Marzo pensando en lo lindo que le parecía su nombre, aunque la familia siempre la llamó “Chuchita”. Se encontraba hospitalizada con neumonía hacía varios días. Le dijo a su hija que la quería y que se sentía afortunada de tenerla. También rememoró sus días de infancia en aquella popular y patrimonial barriada de su Maracaibo natal “EL Saladillo”, de un hogar muy humilde siendo hija única de una mujer divorciada, conoció a su padre a los 28 años luego del fallecimiento de su madre quien partió con 47 años de edad.

Inevitablemente se agolparon los recuerdos en su mente los desafortunados en primer lugar: muy enfermiza cuando niña, la falta de recursos económicos de su infancia, una madre con problemas cardiacos que partió muy joven, sin papá, un matrimonio a los 18 años apresurado producto del azar de una lotería, el abandono de sus estudios porque llegaron los hijos solo con 10 meses de diferencia y el compromiso familiar llegó a ser extremo, varias veces al borde de la muerte, un divorcio difícil, cientos de decepciones…y ahora esta Neumonía.

También arribaron los afortunados que por ser más dibujaron una sonrisa en su demacrado rostro de 75 primaveras, su hija volteó a mirarla y al verla sonreír se sintió aliviada pues sabía que ella recordaba: la llegada de sus dos hijos, los poemas que les leía para dormirlos, su graduación años mas tarde de Licenciada en educación en dos menciones diferentes, los grandes amigos y amigas que poblaron su vida, la compra de una casa, 34 años de docencia impecables, el grupo scout que fundó, su jubilación, los viajes alrededor del mundo sola, sus pinturas, sus blogs, su único nieto, sus mascotas a las que amaba..de repente una dificultad para respirar, el pitido del monitor indica que bajó la saturación de oxígeno…la Neumonía.

Su hija Rosarito (como solía llamarla) fue a la casa para regar las plantas, atender algunas cosas, se quedó con su hijo médico. Pocas horas más tarde, Rosarito sintió la necesidad de regresar a la clínica, mientras conducía el corazón se le aceleró y por sus ojos pasó la película de su vida con su madre: el gran legado que tenia, los ejemplos de caerse y levantarse con optimismo, la continua búsqueda del aprendizaje, la solidaridad personificada, el amor sin condiciones…apresuró el carro…en la puerta del centro de salud la esperaba su hermano, al mirarlo entendió que había ganado…la Neumonía.