Saludos a todos los steemitas del mundo. Mucho se ha escrito sobre los finales de las vidas, de los relatos y de las relaciones de pareja, entre otros. En esta ocasión les traeré un relato titulado:

Todo el mundo la conocía en el pueblo como Ana, la solitaria. Era una mujer de unos 50 años. Su rostro parecía esculpido por el cincel de Miguel Ángel, sus ojos azules y profundos como el mar lucían perdidos en la tempestad. Su boca era delicada y las palabras en ella adquirían un tono cándido de niña buena.

Cuentan que llegó montada a caballo con el niño Nicomedes, un hombre de temple, cuyos pasos retumbaban en toda la comarca. La gente le temía por su actitud, aunque él nunca tuvo diferencias con nadie en el pueblo, más bien era callado.

Ambos se refugiaron en la casa de los abuelos de Nicomedes, y pocas veces salían de allí. De vez en cuando él ensillaba su caballo y se perdía por semanas, luego se le veía regresar, más huraño que nunca. Mientras tanto, Ana adquiría con los años una actitud más angelical.

Un buen día llegó al pueblo la noticia de que Nicomedes había asesinado a su verdadera mujer en Valle de Guanipa. La gente se sorprendió, pues todos creían que Ana era su única mujer.

El crimen fue horroroso. Nicomedes asfixió a su esposa, luego la descuartizó, congeló sus partes y la cocinaba poco a poco para dársela de comer a los puercos.

Los días transcurrían con normalidad en Valle de Guanipa, hasta que un día el bodeguero dijo:

-¿A ustedes no les parece raro que Nicomedes se haya quedado aquí más de una semana?

Entonces la gente se percató no solo de su presencia, sino también de su extraña actitud de dar tanta comida a los puercos. Fue así como un grupo de vecinos se organizó para seguir de cerca a Nicomedes y vieron cuando estaba deshuesando una pierna para llevarla a la candela. La gente puso la denuncia a la policía y cuando llegaron a la casa de Nicomedes hallaron en el congelador la cabeza de su esposa.

Ana no se sorprendió con la noticia, aunque lloraba mucho cuando escuchaba todas las historias que se tejieron en torno a ella y a Nicomedes.

Cuando llegó a la comandancia de la policía, contó su historia de amor:

Nicomedes y yo nos amamos desde niños. Íbamos a todos los lugares juntos. Soñamos con tener nuestro refugio de amor lejos de todo el mundo, haciendo lo que más nos gustaba: escribir historias. Sin embargo, cuando mi prima Rosalía llegó a Valle de Guanipa, nuestros sueños se derrumbaron como un castillo de naipes, ella se enloqueció por él y comenzó a seducirlo. Él no le correspondía. Pero ella insistía y juraba que iba a ser su marido. Fue así como inventó que estaba embarazada y a él lo obligaron a casarse. Tal fue el odio de mi prima Rosalía hacia mí, que un día se apareció en mi casa y se me abalanzó con ganas de quitarme la vida, entonces Nicomedes decidió que huyéramos a la casa de sus abuelos. Y aquí vivíamos felices. No deseábamos separarnos nunca. Pero Nicomedes siempre debía regresar hasta Valle de Guanipa a estar con Rosalía, quien no cesaba de buscarme para acabar con mi vida.
En el último viaje que hizo Nicomedes a la casa de Rosalía vio una libreta donde ella tenía anotada mi dirección, y cuando regresó a casa me lo dijo. Yo me puse muy nerviosa y le pedí que huyéramos, pero él me prometió que solucionaría todo. Yo sé que él es un hombre bueno, y que me amaba más a mí que a él mismo.

Ahora, Ana va todos los días a la cárcel a visitar a Nicomedes, ambos escriben desde su soledad. Ella, hoy 16 de noviembre del año 2022, le llevó este poema:

De pie espero el juicio del tiempo,
mientras el ojo de la vida vigila el rostro de nuestro amor.
Tu prisión es la mía
Sin ti no existe libertad
Me hago la señal de la cruz para vencer la sombra de la muerte.
Te esperaré en los recuerdos de la infancia
en los primeros versos de amor que escribí para ti
en el cuaderno donde los dos nos imaginamos ser felices.

Fin

Invito a mis amigos @genomil, @marcybetancourt y @silher. Aquí la información