Concurso - ¡¡¡Mi Infancia!!!

  Una nueva dinámica organizada por nuestra querida amiga @shiftitamanna se viste de gala infantil y, con mucha emoción digo presente porque, tendré la oportunidad de compartir con ustedes mis aventuras en la infancia. Sin más preámbulo, comienzo con mi participación.

  La infancia es el ciclo de vida más corto que experimentamos las personas y debido a ello se ha dicho que, tenemos poco tiempo para ser niños pero; toda una vida para disfrutar de una etapa adulta feliz gracias a los recuerdos tan especiales que creamos cuando éramos los pequeños soñadores que querían explorar el mundo.

  Debido a lo especial que es la infancia para una persona, los recuerdos que creamos en ese ciclo se convierten en nuestro tesoro más valioso y aunque pasen los años, no dejamos de decir que queremos volver a vivir esas aventuras tan mágicas ya que, ellas nos empaparon de felicidad.

  Una de mis etapas favoritas fue mi infancia y, debido a ello, diariamente digo que me encantaría tener una máquina del tiempo para volver a esa etapa donde fue tan feliz porque; disfruté al máximo absolutamente todo lo que viví en ese período inicial de mi vida.

  Mi familia se encargó de que mi infancia fuera saludable a nivel emocional y, siempre voy a estar agradecida con ellos por ayudarme a ser una niña feliz porque, hoy día recuerdo con mucho amor todas las aventuras que puede explorar y; aquellas que no puedo recordar por mí misma pero, ellos me contaron qué sucedió, también las tengo muy bien atesoradas porque, me ayudaron a ser muy feliz.

  En mi infancia, frecuentemente iba con mi familia a un campo y, les confieso que amaba esta experiencia porque, a pesar de estar pequeña, lograba sentir el contraste que hay entre disfrutar unos días en el campo o la ciudad y, les confieso que; me encantaron mis aventuras en ambos escenarios.

  Ahora bien, el primer recuerdo de mi infancia fue cuando en una ocasión estaba jugando con un chivo y, por cosas de niña, lo abrazaba o apretaba fuerte de la misma manera que lo hacía con mis muñecas; de hecho, para mi ese chivito era como un muñeco para mi.

  Entre los abrazos que le estaba dando al chivo, no me percaté que lo estaba asfixiando y aunque él hacía el sonido que les caracteriza, no dejaba de apretarlo hasta que, uno de mis tíos me dijo que lo soltara porque el animalito se quería ir. Sin embargo, al final él se terminó soltando solo porque hizo un movimiento brusco que me asustó.

  Despues de esta anécdota, mi familia me dice Elvira; apodo que hace referencia a una caricatura donde una niña era muy efusiva con los animales creyendo que de esa manera les estaba dando amor y, cuando nos reunimos en familia, ellos me preguntan desde cuando no hago una Elvirada; siendo este un chiste interno.

  He tenido la gran oportunidad de tener excelentes amigos y, aunque ahorita no soy persona de tener gran cantidad de amistades, debo reconocer que, en mi infancia sí tuve muchos amigos y; pienso que en esa época no pensaba tanto en la calidad así como lo hago hoy día.

  Por lo anteriormente mencionado, en mi infancia tuve muchos amigos de mi edad, menores e incluso, mayores y con todos disfrutaba cada momento que compartía con ellos porque, más que amigos éramos como hermanos que solo teníamos interés de vivir momentos agradables.

  Soy partidaria de que, un niño debe crecer en un entorno donde se le asegure su bienestar físico al igual que emocional porque, de esto se desprende la oportunidad de tener un adecuado desarrollo psicomotor y, sus padres o algún representante que tengan son los encargados de garantizar que dicha evolución se lleve a cabo correctamente.

  Gracias a que en mi infancia tuve la oportunidad de ver cómo era la vida de un niño que vive a tiempo completo en un pueblo considero que, es mejor tener una crianza en la ciudad porque, en una metrópolis hay más oportunidades y; no solo me refiero a las académicas sino, a las recreativas ya que, estas también son importantes para su desarrollo.

  Los niños que crecen en un pueblo tienen un estilo de vida muy limitado y, no me parece justo para ellos porque, en esta etapa tenemos muchas curiosidades y, en la ciudad es donde tenemos la oportunidad de explorarla. Un ejemplo de esto es que, un niño que es educado en la ciudad, puede ir a un zoológico para aprender mientras se divierte; Sin embargo, en el pueblo no tiene dicha oportunidad.

  Estoy consciente que en el pueblo los niños crecen de una manera más tranquila pero, de nada sirve la tranquilidad si sus oportunidades van a ser limitada por ello, desde el ángulo que lo analice seguiré considerando que, la ciudad es el lugar idóneo.

¡Muchas gracias por leer mi publicación!

^{Las imágenes presentadas en esta publicación fueron extraídas de mi galería personal}