Las Adicciones: Cultura de Consumo y Cultura Social/Por @solperez (Segunda parte)

in RECREATIVE STEEM3 years ago (edited)
Saludos a todos los steemitas del mundo, como ya dije en la publicación que antecede a esta, el contenido de este post es el producto de un trabajo que presenté en una jornada en la que analizábamos cómo los docentes podían actuar ante las adicciones. Si deseas leer la primera parte [aquí el link](https://steemit.com/hive-141434/@solperez/las-adicciones-cultura-de-consumo-y-cultura-social-por-solperez-primera-parte)

En este apartado me enfocaré en el complejo asunto de las drogas, las adicciones, las prevenciones y el rol de la escuela como ente formador de niños y jóvenes.


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Fuente

En el complejo asunto de las drogas debemos tener en cuenta cuatro factores que necesariamente se articulan en la configuración del problema:

Qué se consume: Cuál es la procedencia de la sustancia, su calidad, pureza y grado de nocividad, su estatuto legal.

Quién la consume: Conocimiento del sujeto y sus circunstancias: edad, género, posición en la estructura social y, sobre todo, el sentido y el lugar que tiene el consumo en su historia singular.

Cómo se consume: Dosis, frecuencia de consumo, vía de administración, motivación.

Cómo y cuándo se consume: Escenarios del consumo y personas que acompañan al consumidor. También será necesario tener en cuenta si es en el ámbito público o privado. Las leyes, las normas y valores, el contexto social y económico operan claramente sobre este factor.

El consumo de drogas puede ser problemático si afecta negativamente una o más áreas vitales del individuo como por ejemplo:

  • Su salud física o mental

  • sus relaciones sociales primarias (familia, pareja, amigos)

  • sus relaciones sociales secundarias (trabajo o estudio)

  • sus relaciones con las normativas sociales vigentes

Los consumos problemáticos de sustancias pueden ser de tres tipos:

Las intoxicaciones agudas: Aquí se ubican los llamados consumos episódicos excesivos, generalmente de alcohol.

Ejemplo: Las intoxicaciones que se dan en la población juvenil, los fines de semana. Se producen situaciones de riesgo para la salud de este sin que esté presente el suceso adictivo.

Los usos regulares crónicos: Aquí ubicamos a aquellos que consumen sustancias habitualmente, es decir que el consumo se constituye en un hábito asociado a determinadas situaciones y justificado acríticamente por el usuario. Esta forma de consumo es suficiente como para suscitar problemas de salud psico-física o en las relaciones con los otros.

Las adicciones: Son consumos problemáticos que interfieren claramente en la vida de quien los padece. La dificultad radica más allá del deterioro físico que pueden producir, en el deterioro de todas las áreas de su vida, interfiere en sus relaciones sociales primarias y secundarias. Al tener casi como único interés el consumo de sustancias les resulta imposible llevar adelante un proyecto de vida familiar, laboral-profesional, social.

Recordemos que la problemática del consumo de drogas no tiene que ver con la sustancia en sí misma sino con la relación que cada persona establece con ellas (uso, abuso y adicción).

Y aunque muchas personas hablan de prevención, es conveniente entender el alcance de la misma:

La prevención es la preparación y disposición que se hace anticipadamente para evitar un riesgo.

Significa que si como docentes notamos que un alumno tiene un entorno favorable hacia el consumo de las drogas estamos llamados a intervenir como líderes afables en su personalidad, a fin de alejarlo del barranco al que se acerca.

Anticiparse es actuar antes de que un fenómeno o episodio se produzca con la intención de evitar un riesgo o daño.

En concordancia con lo anterior, en 1975 la UNESCO presentaba un trabajo (Nowlis, 1975) que reconocía cuatro distintas conceptualizaciones de la problemática del consumo de drogas. Haciendo hincapié en la interacción entre los conceptos de individuo-persona-contexto; cada modelo se define por la particularidad en que ordena estos términos. Veamos:

Modelo Ético-Jurídico:

Reconoce solo como drogas a las sustancias ilegales, y se les atribuye el poder de capturar a la persona que las consume. Por ello, el consumidor es visto como delincuente.

Modelo médico-sanitario:

El acento lo tienen las sustancias como agentes causales de enfermedad y de adicciones. Incluye a todas las sustancias psicoactivas y no solo a las ilegales. Diferencian las “drogas duras” de las “blandas”, con el fin de analizar los efectos que producen en el organismo.

Este modelo se interesa por la población vulnerable, sus grados de vulnerabilidad y los factores de riesgo.

Modelo psico-social:

Se basa en la relación que la persona establece con la sustancia. Por lo tanto, se comienza a tomar en cuenta los conceptos de uso, abuso y adicción.

La adicción se asume como una manifestación sintomática de un trastorno psíquico, que el medio micro social, su familia y su grupo de pares pueden favorecer o no.

Modelo socio-cultural:

Prioriza el contexto en el consumo de drogas. Su uso se asume como síntoma social, no psicopatológico.

Modelo multidimensional:

Resulta superador de los cuatro modelos clásicos al plantear que en cualquier uso de drogas se produce una interacción entre tres subsistemas:

  • La sustancia como elemento material

  • Una estructura y disposición subjetiva determinada

  • Una organización social

Desde este modelo podemos observar como los efectos de una sustancia no tendrán que ver únicamente con sus características farmacológicas, sino también con las características del sujeto que la consume, el contexto en el que se produce esta relación entre el sujeto y la sustancia y el momento histórico en el que acontece la interacción (Cfr. Comas, D y Arza, J 2000).

Desde esta perspectiva, la idea de prevención abarca educación, control y orientación social, atención psicosocial, etc., a fin de evitar que se genere el consumo de sustancias.

La prevención es de dos tipos: específica e inespecífica; la inespecífica se centra en la promoción de espacios y estilos de vida saludables, alternativas del ocio y tiempo libre, del fomento de la participación social y comunitaria, la construcción de un proyecto personal articulado en lo grupal y social etc., que puedan fortalecer ideas, conceptos, valores y acciones relacionadas con el buen vivir, mientras que la prevención específica está conformada por un conjunto de estrategias que se enfocan directamente en las causas del problema.

En tal sentido, existen varios niveles de prevención, según la problemática y los objetivos que se desean alcanzar:

Prevención primaria: está relacionada con las acciones que se realizan para evitar que un evento se produzca y, por ende, cause daño.

En el caso de la prevención del consumo de drogas en el ámbito educativo, podríamos:

1.- Anticiparnos a la aparición de la conducta adictiva, a través de películas y foros donde se toquen estos temas y se evidencien los trastornos físicos, psicológicos, sociales y emocionales... que causan en el individuo.

2.- Invitar a personas que hayan sucumbido al uso de las drogas y que, con el tiempo, hayan logrado superar sus adicciones para que nos hablen de sus experiencias. Esta estrategia es muy utilizad por los grupos religiosos y es efectiva, ya que no se trata de ficción, sino de realidad.

3.- Mostrar imágenes de personas famosas, cuyas vidas prósperas cambiaron a raíz de sus adicciones. Ejemplo: Whitney Houston.


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Recordemos que la problemática del consumo de drogas no tiene que ver con la sustancia en sí sino con la relación que cada persona establece con ellas (uso, abuso y adicción).

Prevención secundaria: Se relaciona con la detección precoz del consumo de sustancias, a fin de actuar con celeridad y evitar un problema mayor. De esta manera, la Escuela se erige como un escenario de prevención primaria y secundaria si lleva un registro de las conductas de los alumnos y se asienta en este, algunos cambios en la convivencia escolar, en la asistencia, en el rendimiento pedagógico, etc.

Prevención terciaria: Está relacionada con la atención y el tratamiento adecuado para la problemática. Sus acciones no están enmarcadas en el ámbito escolar, sino en la atención médica ambulatoria o internativa, reservando esta última opción para un momento clínico particular.

A la luz de lo anterior, no nos queda duda de que todos debemos abocarnos a prevenir el consumo de las drogas, y que todo docente ha de tener en cuenta que una institución como la escuela, con la impronta de la educación pública y universal, accesible a la gran mayoría de nuestra población, ofrece un escenario privilegiado para educar a los jóvenes en lo que respecta a las adicciones y sus consecuencias.

Es todo por hoy, muy agradecida por su lectura y comentarios.

***

Nota: Esta publicación está configurada para beneficiar en un 15% a la comunidad

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Valiosa publicación. Un tema tratdo con pulcritud.

Muy agradecida por el comentario.

Muy bien abordada está segunda parte. Yo agradezco tanto que lo publiques acá, tus contenidos son muy útiles y pertinentes. Gracias Sol

Gracias por tu apoyo. Un abrazo.

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