El Animé. Porqué me gusta+anécdota. Miércoles de literatura.

Mucho tiempo después fue que entendí las tramas de los animé que veía cuando niño, fue cuando me di cuenta que Koji Kabuto (Mazinger Z) era un estudiante de bachillerato, no mayor que alguno de mis sobrinos y tenía la responsabilidad de proteger al mundo del Dr. Hell, sería que su abuelo estaba loco al regalarle un arma tan letal para que la usará? La historia de Astroboy era la misma de Pinocho, con la triste diferencia en que él nunca pudo convertirse en un niño de verdad. Y así, pare usted de contar.

Me volví seguidor de algunos animé en mi edad adulta, pues ya los entendía mejor. Tenía un jefe que era fanático de los Caballeros del Zodiaco, mi hermano y mis sobrinos lo eran de Dragonball, así que, como no aprender de ellos? Fui apasionado de la ciencia ficción desde siempre, los animé de ciencia ficción son de otro nivel, Mobile suit Gundam, Macross, Space Adventure Cobra, me hicieron quedarme pegado de la pantalla por temporadas. La complejidad de sus tramas eran el gancho que hacían que me quedara pendiente de su desarrollo. No sólo eran las típicas batallas del bien contra el mal, sino te presentaban personajes con profundos conflictos y complejos personales, así como presuntos "villanos" con causas que ponían a pensar a cualquiera.

Una vez salía con una chica, la cuestión iba tan bien que un día para que me conociera mejor, le conté sobre esta afición y me llamó "cochino", no sé de qué forma o contexto lo dijo, pero yo solo me reí. Luego fui a comprar unos discos con ella a una tienda especializada en animé y me atendió una muchacha muy bonita, le pregunté por unas temporadas de unas series que ya había empezado, hablamos de la trama e incluso me hizo unas recomendaciones. La chica que estaba conmigo solo nos veía, ya con curiosidad, pues estaba extrañada de que alguien que parecía "normal" le gustaban ese tipo de cosas, así que vimos una serie corta un día y le gustó tanto que, hoy en día, a veces la consigo en la tienda de discos, pero obvio ya no salimos.

La moraleja del cuento es, no juzgues al libro por su portada, o en este caso, no opines sobre algo que desconoces, pues la verdad quizás te sorprenderá.