Ay mi niña, imagino que susto tan tremendo con lo del carro de tu esposo, se que en ese momento sí que no te daban las piernas. Pero gracias a Dios mi amor que no hubo daños que lamentar me supongo, por lo menos no con la integridad física de alguno de ustedes que es lo que más importa. Gracias por compartir tu día con nosotros Saludos y bendiciones.