¡Saludos a todos mis amigos de Recreative! ¿Qué tal se encuentran todos? Estoy muy contenta por participar una vez más en esta nueva semana del SEC.

El tema de hoy es bastante complicado, ya que trata una problemática que abunda en muchos lugares del mundo.

Desde hace unos años, el hecho de saber que un niño trabaja para mantener aportar monetariamente a su familia o para mantenerse a sí mismo se ha vuelto un tema que escandaliza a muchas personas, incluyéndome. Sin embargo, sabemos que para algunos otros esta situación es tomada con total normalidad y peor aún, apoyada.

Los niños no deberían trabajar

En mi opinión, un individuo que no sobrepase los 14 años de edad, es un niño. De ahí en adelante se convierten en adolescentes, o como me gusta llamarles, niños en etapa de madurez. Hasta que cumplen más de 21 años en los que empiezan nuestras primeras etapas como jóvenes adultos.

Según la ley venezolana, un joven es reconocido como adulto cuando cumple 18 años de edad. Partiendo de allí, todo niño/adolescente que no sobrepase los 17 años es un menor de edad, por lo tanto, no tiene permitido hacer cosas de adulto, como ingerir alcohol o trabajar.

Entendiendo esto, podemos concluir que bajo ningún termino un menor de edad debería trabajar, y menos para ganarse cosas que debería tener al alcance por derecho.

La esclavitud infantil existe, y es una injusticia.

Lamentablemente esto sucede, y con frecuencia. Muchos niños se ven obligados por sus representantes a salir día a día en búsqueda de dinero, que, en la mayoría de los casos, ellos no van a conservar.

Se cree erróneamente que es su deber ganarse las cosas desde una edad temprana, y a su vez, obligan a los chicos a que trabajen, generen y les quitan todo bajo la premisa de "tu no lo necesitas, eres un niño".

Muchos padres se llevan a sus hijos al trabajo, que en su mayoría involucran fuerza como albañilería, herrería o mecánica. No dudo que sea un conocimiento valioso para los pequeños, pero todo tiene su tiempo y para eso existen etapas.

También, las familias que viven en la indigencia aprovechan su situación para mostrar sus carencias a través de sus hijos, enviándolos a la calle a pedir apoyo monetario o de comida.

Peor aún, muchos niños huérfanos en condición de calle son manipulados por otros adultos en la misma situación, para que pidan dinero que en la mayoría de los casos utilizan para sus vicios.

Ni hablar de las grandes fábricas en el medio oriente que contratan niños para la fabricación de artículos o ropa en grandes cantidades o para trabajar en minas y zonas agrícolas.

^{Imagen creada en Canva}

Sobrecarga física y emocional

Los niños no tienen el desarrollo adecuado para enfrentar responsabilidades que requieran esfuerzo físico y mental, como realizar tareas pesadas y de largas horas al igual que un adulto. Aunque el infante parezca ser más fuerte, maduro y centrado que otros, sigue siendo un niño.

Afecciones como hernias, lesiones y desnutrición son consecuencia de exponerse a largas jornadas de trabajo. Además, los ambientes laborales que frecuentan suelen ser poco agradables y de alta presión.

Todo esto afecta tanto física como emocionalmente a los niños. Esto último siendo lo más preocupante, tomando en cuenta que de pequeños solemos tener una resistencia privilegiada. Es posible que un niño soporte el cansancio físico, pero el daño psicológico que sufren se convierte en un problema para su crecimiento.

Resentimiento, rabia, tristeza, baja autoestima y rechazo hacia los adultos son algunas de las emociones más comunes desarrolladas por chicos que solían trabajar desde pequeños.

Se debe erradicar. Pero, ¿Cómo?

La forma más correcta y efectiva para evitarlo sería implementar leyes con fuertes penalizaciones si son incumplidas. Más tiempo en prisión y multas con altos valor monetario y de trabajo social serían buena opción para dar escarmiento a quien practique la esclavitud infantil.

^{Imagen creada en Canva}

Debe caer todo el peso de la ley para quien forme parte de una red de esclavitud infantil. Sea un padre, representante o empresario.

Los niños merecen y deben ser niños.

Las experiencias vividas durante la niñez son parte fundamental del desarrollo de las personas. Seres inocentes como los niños no están preparados para situaciones difíciles que requieran madurez emocional o esfuerzo físico, pues por lo general los niños aun no comprenden sus emociones y se encuentran en el proceso de descubrir nuevos sentimientos.

De la crianza dependerá que tan ligeros y felices crezcan nuestros niños, ya que mientras mejores condiciones de vida tengan, son prósperos a tener mejores oportunidades y desempeño tanto académico como social, y de cualquier área en que deseen explorar. Por ende, las probabilidades de un buen futuro son altas.

Por eso es tan importante que los niños sean niños y disfruten sus etapas, sin caer en malas crianzas ni mucho menos justificar malas actitudes. Todo en base del respeto y mostrándoles el valor de las cosas.

No tengo hijos, pero este es un tema que debe importarnos a todos sin importar qué tan involucrados estemos con los niños. Cada pequeña persona es un futuro adulto, que según las condiciones en las que se desarrolle su crecimiento, puede llegar a ser personas con un impacto positivo o negativo para el mundo el día de mañana.

Espero que mi artículo haya sido de su agrado, me encantaría saber que tendrán mis amigos @omarscott, @geogerlameda y @conchitagr que decir al respecto. ¡Nos leemos en otra ocasión!