Quisiera en esta oportunidad sumarme a la iniciativa de @nahumsamuel en RECREATIVE STEEM en donde nos invita a hablar de música.
La música es la combinación de sonidos melódicos, rítmicos y armónicos que expresan los que el alma del ser humano desea revelar.
Hay tantos conceptos de música, géneros musicales y expresiones musicales artísticas, que nos pasaríamos un montón de publicaciones tratando de cortar toda esta tela y creo que jamás terminaríamos; pues cuando creemos que ya lo hemos escuchado todo, resulta que surge un nuevo concepto musical y todo va en constante evolución, aunque a veces parezca que es involutivo en diversos géneros. La música es dibujar con los sonidos lo que el alma siente.

Yo soy una venezolana, residente indefinidamente en Argentina, país majestuoso que me ha abierto las puertas con amor y en el que me he sentido acobijada y consolada en cada añoranza que surja.
Sin embargo, estamos en Agosto y para el venezolano esto representa ya los primeros vestigios de que el año está menguando y se acerca la época musical más bonita de mi tierra, la época de escuchar gaitas.
Las gaitas zulianas tienen muchas particularidades, son un ritmo muy complejo, saturado de riqueza en tempo, melodía, armonía y mucho sentimiento en sus letras. Son letras del sentir del pueblo zuliano que se traspoló a otras entidades del país y ahora en la diáspora, del mundo entero.

La gaita huele a navidad, a hallacas, a pan de jamón, a luces, colores, regalos y a mucha alegría. Sin embargo, cuando se está lejos de casa, de ese terruño que por muchos años fue el hogar, se convierte en un grito de nostalgia y cierta incertidumbre.
Hoy, después de tener un no muy buen día, decidí sentarme a escuchar música y apareció esta canción; que hace algunos años escuché en Venezuela, mucho antes de imaginar que me iría de mi patria. Hoy la escuché y me invadió la nostalgia indudablemente, pues en su letra habla de esas remotas posibilidades que se plantea la mente en que pasaría si vuelvo, aunque no quiero volver, pero que pasaría si de repente llego a casa.
La verdad es que estoy nostálgica por mis amigos, por mi familia, por mis playas, por mi gente, por ese sabor a arepa con diablito y suero que tanto tiempo tengo que no se a que sabe pero que lo tengo impreso en mi memoria.

¿Acaso existe algo mejor que la música para ahogar una pena?, y es que la música no te juzga, ella solo es y cuando la sientes te hace vibrar.
No tengo mucho más que decir al respecto porque no soy experta en la materia, sin embargo me gusta cantar de vez en cuando para liberar el stress, pues cantar nos hace liberar esas hormonas como la serotonina, endorfina y nos hace más felices. Después de cantar, ya todo estará mejor.