Concurso: Mi experiencia con las matemáticas / 6 + 6 = 2

¿Qué tan bueno eras en matemáticas? ¿Te costaba mucho aprenderlas?

Cuando niño las matemáticas me costaban un mundo y solo logré aprenderlas cuando tuve maestras que se preocupaban porque cada uno de sus alumnos aprendiera. De modo que en la primaria conocí solo a un par de maestras que no se remitían a gritar como guacharacas, a regañar o incluso a humillarlo a uno porque lo veían pequeño e indefenso.

Al principio, a la hora de restar, me costaba mucho captar la idea de prestarle una unidad al número siguiente, como en este caso: 20 – 15 = 5

Memorizar las tablas de multiplicar no fue ningún problema para mí. Pero lo que sí se me volvió una piedra de tranca fueron las divisiones cuando el divisor posee dos o más cifras. Y es por la sencilla razón de que hay que trabajar al tanteo e ir probando un número detrás de otro. Debido a ese rollo me echaron más de mil gritos y algunas jaladas de orejas dizque por tapado.

No obstante, me puse a practicar solito en mi casa y con el tiempo logré dominar este tipo de operaciones.

En aquellos tiempos, cuando uno salía de sexto grado se sabía al pelo la tabla de multiplicar y eso en consecuencia te ayudaba a resolver divisiones simples y complejas. Me acuerdo muy bien que en pleno sexto grado me enseñaron a calcular mediante reglas de 3, así como también, a sumar o restar y multiplicar fracciones, y a descomponer números en factores, entre otras cosas.

Comparte alguna anécdota mientras estudiabas esta área del saber.

En primer grado la maestra pasó al pizarrón a un compañerito y le puso la siguiente suma: 6 + 6 = ? Luego el niño escribió que el resultado era 2. “Pero, Dios mío, dijo la maestra. ¿Por qué crees que esa cuenta da 2?” Y el niño le respondió: “Bueno, maestra, ahí lo que veo son dos peras. Mi mamá me dijo que el número 6 se parece a una pera”.

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¿Recuerdas algún tema que se te hizo fácil comprender? ¿Cuál fue el más complicado?

Como lo apunté al principio, se me enredaron las neuronas cuando estaba aprendiendo a dividir por dos o más cifras. Pero el verdadero infierno con las mates lo vine a conocer fue unos años más tarde cuando me tocó tener que aprender a resolver obligado ecuaciones con integrales. Ahí sí fue verdad que me salió humo de la cabeza, pero, en fin, fue un reto que logré superar. (Por cierto que esa parte de las matemáticas ya se borró casi por completo de mi chip cerebral).

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¿Cuál crees que es la importancia de las matemáticas en la cotidianidad?

Todo es matemáticas. Para todo hay que calcular. Cuando cocinas, por ejemplo, tienes que dosificar bien los ingredientes. Cuando sales a la calle, tienes que administrar bien el tiempo. Cuando vas de compras tienes que estar sujeto a un presupuesto.

En Venezuela es una lástima que la enseñanza de hoy en día sea tan precaria y que nuestros jóvenes tengan tantas carencias en cuanto a esta disciplina y muchas otras.

Invitación: @inspiracion, @tocho2, @mile16