Han pasado 6 años y aún le recuerdo como si fuera ayer cuando llegó a nuestras vidas, un cachorrito abandonado, no tendría ni un mes de haber nacido cuando le dimos abrigo, amor, el primer día es inolvidable con cierto temor se acercó, lo bañamos, le quitamos las pulgas, las garrapatas y al día siguiente lo llevamos al médico veterinario, esa fue mi primera noche que me estrenoché tanto como si fuera tenía un bebé en casa.

Lo adoptamos, lo hicimos parte de nuestra vida, nuestro perrito Roy muy recordado y querido juguetón, alegre, guardián y mediador de alegría en mis hijos, era muy motivante jugar en el patio con el perro, vamos a bañar al perro, llevamos al veterinario, le damos comida, a que me persigue lo persigo, que no pelee en otra casa con otros perros, que si él ladra primero significa que hay alguien por allí, que si yo vengo en la cuadra ya siente que vengo y está alertando, fue una experiencia hermosa; pero que tuvo un triste final.

Yo tengo mis sospechas de que un vecino que estaba celoso de nuestro trato con nuestro perro, siempre lo corría, le gritaba... hay gente que realmente no ama a los animales. Un día sin querer se escuchó un golpe fuerte, pero pensé que era otro perro...pero en la mañana cuando veo a mí perrito postrado debajo de la mata de mango quejándose de un dolor, no entendía lo que pasaba en realidad.