Cuando era niña, tenía miles de sueños; siempre he sido una persona de gustos y pasatiempos muy amplios, pero hay uno que recuerdo con especial cariño y que mantengo conmigo como uno de mis recuerdos muy bonitos. Desde que nací he amado los animales y tenido una gran conexión con ellos, por lo que yo quería ser veterinaria.

_{Quería ser veterinaria. Hecho en Canva.}

Este sueño empezó cuando tenía alrededor de tres años, a raíz de la adopción de mi primera mascota, una pequeña perrita llamada Mimosa. Desde ese momento se sembró una semilla en mí para cuidar de los animales. Cabe destacar que mi familia siempre ha tenido valores de protección hacia la fauna; ellos me proporcionaban muchos libros infantiles al respecto, como, por ejemplo, el libro de Elmo para informar acerca de ser veterinario, y me educaron para amar a mis mascotas.

_{Ilustración. Hecho en Canva.}

Sin embargo, a medida que crecí, no solo me gustó la medicina veterinaria, sino todo lo que tenía que ver con animales de granja, de casa y salvajes, por lo que veía programas en televisión acerca de ello. Mi canal favorito era National Geographic WILD y Animal Planet; me gustaba tanto que podía pasar horas frente al televisor para ver programas de rescatar animales, emergencias en el mundo salvaje, tratamientos veterinarios, etc.

Por ello, al cumplir siete años estaba decidida de que quería ser veterinaria, no solo para perros y gatos, sino para todos los animales. Este era probablemente un sueño surrealista, pero estaba decidida.