El cantante panameño Rubén Blades en unas de sus canciones específicamente en el tema “Amor y Control” dice la siguiente frase: “Familia es familia y cariño es cariño”, ahora hay que ver también el tipo de cariño, por que uno puede amar a un familiar, pero hay casos (como el que piden en esta publicación) en que una persona que no forma parte de tu familia se convierta o empiece a ser parte de ella a través de un cariño y en algunas veces esa persona la llegas a querer más que a un propio familiar.

Este es el caso de un hermano que Dios me dio (pero no de sangre) hace muchos años, Pablo Zerpa es su nombre nos conocimos desde muy pequeños (nos criamos juntos), él vive a pocas casas de la mía, desde muy chicos nos la empezamos a pasar y a convivir, los dos jugábamos beisbol (una categoría mayor que la mía) y casi siempre estábamos en contacto, recuerdo que el tenia mejor posición económica (su padre ganaba muy bien) y era de esos chamos que tenía nintendos y uno tu sabes de gorrero iba a su casa a jugar todos los días, además de eso realizamos la primera comunión juntos y todas las tardes nos reuníamos en la cuadra a jugar: futbol, chapitas, tenis de mesa, pelotica de goma, entre otras cosas.

Ya al pasar el tiempo fuimos creciendo y nuestra amistad se reforzaba mucho más y aunque a veces discutíamos por gafedades resolvíamos rápido el conflicto porque decíamos entre hermano no se puede estar molesto.

Recuerdo con claridad que su familia era algo delicada y me aceptaron en su casa y me agarraron una confianza, cariño y respeto al igual que mi familia a él.

Ahora que somos ya adultos seguimos teniendo esa hermandad, hemos pasado por momentos buenos, malos y súper malos y nuestra amistad crece más, ya lo considero parte de mi familia al igual que el a mí, le tengo mucho respeto a su familia los quiero y admiro. Hemos tenido la oportunidad de trabajar juntos y realizar eventos deportivos (el deporte nos apasiona a los dos).