Hace un tiempo leí un texto anónimo en el que se hablaba del modo de vida "fast" en contraste con la vida "low". La primera respondía a los tiempos postmodernos, en los que lo importante no es hacer las cosas bien, sino rápido, siendo esta filosofía de vida la que ha apostado por "la robotización del saber" o "inteligencia artificial". En cambio, el modo "low" aboga por una existencia más sosegada, más sana y, en consecuencia, más humana.

Ciertamente, el tiempo que marca el reloj es crucial para que los seres humanos realicemos actividades, productivas o no. La productividad se asocia con dinero. Sin embargo, esto no siempre es así. A veces observo personas dedicadas a hablar y engañar a la gente, que tienen sus bolsillos llenos, a cambio de invertir su tiempo en mentir. Este suele ser el oficio de muchos políticos de "baja monta", cuyo nivel cultural roza casi la ignorancia.

En cambio, existen personas, sumamente cultas, que invierten su tiempo en formarse y en educar a otros y, a veces, no tienen ni siquiera para alimentarse.

Estas ironías de la vida, que están a la vista de todos, me hacen decir que, ciertamente, "el tiempo es dinero". Pero también que la rentabilidad del tiempo invertido depende de variables, no siempre justas.

Acá me permito acercarme más a la cotidianidad de los venezolanos. En particular, a mi vida.

Valoro mucho mi tiempo, desde muy niña me dediqué a ser buena estudiante. Hice mi carrera universitaria, en el tiempo estipulado para ello. Luego una Maestría y un Doctorado. Daba clase, aún doy, investigaba y hacía actividades de extensión. De hecho, fui Coordinadora de Cultura de la Asociación de Profesores, por 8 años.

En el comienzo de mi ejercicio profesional, mi sueldo me permitió comprar una pequeña casa y un carro. Luego la situación del país cambió, desde todo punto de vista, y aunque seguía invirtiendo mi tiempo en las mismas labores de antes, apenas podía medio cubrir mis gastos de alimentación; situación esta que no ha cambiado, sino que más bien promete "empeorar".

En días recientes pasé todo un fin de semana haciendo una cola para censar mi carro, a fin de poder recibir gasolina subsidiada. Fue un tiempo perdido, que no solo me agotó físicamente, sino emocionalmente; aún no me repongo:

_{En la cola para censar mi carro y recibir gasolina subsidiada}

Yo, que he buscado la alternativa de convertir a Steemit en mi otro trabajo, a veces lloro de frustración ante los problemas de conexión que hay en mi comunidad, y los continuos apagones de luz. Hay semanas en las que apenas puedo realizar solo cuatro o cinco publicaciones. Por lo tanto, este trabajo, que me gusta, tampoco me garantiza los gastos básicos de vida.

Entonces, en lugar de quejarme, me he puesto a bordar y a hacer pañitos que pongo a la venta. Pero, a veces, la gente tarda en pagarme y siento que mi tiempo está perdido.

_{Los pañitos que hago para vender}

Me disculpo por el tono "catártico" con el que he asumido esta publicación. Quizás estoy sensible, porque se me dañó la nevera, y no sé de dónde voy a sacar el dinero para arreglarla, entonces en lugar de decir que "El tiempo es dinero"; me corresponde consolarme con la frase "El tiempo de Dios es perfecto", y quizás eso me dé el ánimo que necesito en este momento para tratar de seguir haciendo lo que me gusta hacer con el optimismo que me caracteriza.

Invito a mis amigos @genomil, @patjewell y @inspiracion. Aquí la información

Las fotos son de mi propiedad. Tomadas con mi teléfono Blu, modelo Vivo XL2.