Hoy en día mantenemos la tradición, pero con algunos cambios, ya mamá no está con nosotros, así que no hay lasaña ni torta María Luisa para los días 31. El horno no acompaña, está dañado y yo no sé hacer hallacas, plop, nunca había preparado, las hacía mi mamá. Aún así, no se perdió la tradición, compramos las hallacas (ya sé que no es lo mismo, pero…), la torta, el refresco, el pan de jamón y la ensalada de pollo se hacía en casa, la preparo yo, lo más fácil, jeje.

Pero, ¿adivinen qué?, este año hice mis primeras hallacas, sí señooorrr, recuerdo las palabras exactas de mi madre, para que la hallaca quede muy buena el secreto está en el guiso. Así que este año, me enfoqué en que ese guiso quedara sabroso, la carne bien condimentada, no solo con sal, le puse comino, cúrcuma, orégano, bastante aliños y la cabecita de ajo que no falla. Un secreto que me dieron era añadirle las alcaparras licuadas para intensificar el sabor.