Me encanta esta dinámica que propone
@josevas217, desde la comunidad
Colombia-Original.
Cuando hacemos referencia a las emociones que nublan nuestra mente, vienen muchos recuerdos de momentos en que me ha sucedido y también de casos cercanos de amistades, y es que en ocasiones es difícil controlarnos, pero sí es posible.
Yo me considero muy pacífica, pero he sido explosiva. Recuerdo que en mi adolescencia, cuando cursaba el 1er año de bachillerato, hoy en día conocido como 7mo. de básica, había una muchacha que se metía conmigo en la salida de clases. Siempre estaba allí empujándome y retándome a pelear, pero yo la ignoraba.
Sin embargo, llegó un día que, aún no sé por qué razón, no lo toleré más y me avalancé sobre ella. Le di tal golpiza que fue a parar al hospital; aunque no fue grave, me prometí no volver a levantar mis manos en contra de alguien, cosa que hasta hoy he cumplido.
Fue un momento de ira, o quizás por complacer a mis compañeras que me gritaban para que me defendiera, o tal vez ambas razones. Lo cierto es que para mí fue traumático ver cuándo algunas personas se llevaron a la muchacha al hospital.
Después de todo, cuando nos incorporamos a clases, porque a mí me suspendieron, le pedí disculpas por mi comportamiento.
Al pasar los años, ya de adulta, recuerdo que en otra ocasión me encontraba sola en un parque; estaba estudiando para un examen y coloqué la cartera a un lado. De pronto, se acercó un muchacho que la agarró y salió corriendo. Yo me levanté y salí detrás de él, pero con una piedra en la mano. Cuando casi lo alcanzaba, el joven se metió por una pared que tenía un hueco; al llegar allí, me detuve.
Comencé a pensar si entrar y recuperar mi pertenencia o regresar; decidí entrar, pero a lo lejos observé varios hombres de mal aspecto, retrocedí y me alejé. Gracias a Dios entré en conciencia porque seguro hubiese puesto en peligro mi vida.
Me dejé llevar por la ira que por un momento nubló mi mente.
Puedo describir el caso de un amigo; él es un hombre muy cariñoso, empático, atento, confiable, etc., pero igual permite que las emociones nublen su mente. Cuando le da cabida a la ira, pierde el control, no le importa ofender a las personas, al igual que retarlas y llegar a pelear.
Hace poco me comentó que un muchacho le robó un teléfono inteligente; él no sabía quién había sido, pero cuando supo, lo buscó y lo golpeó muy fuerte, tanto que el muchacho se desapareció de la zona donde vivía.
Mi amigo se arrepiente y me jura que no lo volverá a hacer, pero lamentablemente no cambia su comportamiento; él sigue ofendiendo y maltratando a las personas que lo rodean sin pensar.
Opino que, en el caso de que las personas no tengan esa fuerza necesaria para cambiar, es importante asistir a un especialista para que los ayude con ese problema, y así se evitará futuras complicaciones.
Invito a participar a
@napito,
@jenniferm y a
@chiquitin; aquí les dejo el enlace.
Nueva Dinámica: Emociones que nublan la mente
¡Gracias por leer mi publicación!
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Hola sari, que interesante lo que hablas sobre la ira, creo que es la emoción que más papel juega al momento de aguantar tanto, explotar bajo la presión de rabia e ira desencadena por lo general golpes y es verdaderamente una mente nublada. Eso que nombras de la persona que se llevó tu cartera, me imagino que después de haber decidido retroceder (que considero que fue la mejor decisión) el susto fue tremendo. ¡Qué experiencia!
Tener temperamentos donde la cólera se apodera de nosotros se debe mantener cotidianamente en soltar, ósea, me refiero en que cada vez que pase algo que no sea de mi agrado, lo mejor sería conversarlo y no dejar que me vaya acumulando de cosas malas, porque justo llegan momento donde todo colapsa, y las promesas que pude llegar hacer en algún momento justo por estar nublado se olvidan.
Éxitos!
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Hola @emocional-mente, gracias por tan valioso comentario.
Ciertamente, lo más correcto es ir soltando/dialogando con las personas que de alguna forma logran incomodarnos, es la manera más acertada para evitar complicaciones más adelante donde es muy probable perder el control.
Pienso que si se vuelve repetitivo, es mejor consultar con un especialista, porque si nosotros no logramos controlarnos por nuestra cuenta, tenemos un problema.
Realmente me asusté después de retroceder en el parque, porque si hubiese dado un paso en falso, el final hubiese sido otro.
Saludos acompañados de bendiciones.