No hay mejor manera de empezar el día con una taza de café, cálido y con mucha cafeína para espantar el sueño y la pereza, más aún cuando se tiene una taza nueva y con un significado especial, pero eso lo contaré más adelante. Los domingos me gusta dormir más, algo que se vuelve imposible, porque mi papá a las 7 de la mañana se levanta ha hacer elíptica y este aparato que tenemos suena bastante fuerte. Yo entiendo que el deporte es salud, pero también hay que aprender a respetar a las personas con quienes vivimos para que la convivencia sea agradable, sin embargo a el eso no le importa y me despertó. Ni modo, bajé por mi café, le di las medicinas a Iris y me fui a arreglar para ir un rato al parque , es domingo y hay que llevar a Iris a jugar.

Salimos a las 9 de la mañana, primero fuimos a buscar al señor de los plátanos, ya que todos los domingos este señor se translada de Sandona, un municipio que queda a dos horas de Pasto para traer productos como plátanos, papaya, mangos y cebolla. Ya lo conocemos y nos gusta comprar sus productos porque los plátanos son de un sabor muy agradable y maduran dulce, es decir que es el plátano que se torna dulce tras varios días. Además de lo rico que es lo vende a buen precio y siempre da ñapa, siempre cuando te vas a ir te empaca 2 o 3 plátanos de más. Adicional él y su esposa son muy bonitas personas, que siempre te reciben con una sonrisa.

_{Comprando plátanos
Carrera 40 con calle 18
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