¡Hola amigos! Me emociona contarles la pequeña aventura de hoy. Hace dos días recibimos una invitación de unos amigos para ir a comer en su casa, cosa que me encantó, porque además de compartir con éstos queridos amigos, iba a poder descansar de la cocina, por lo menos hoy sábado, por lo que la idea me pareció estupenda.

Emprendimos el corto viaje como de unos 15 minutos hasta llegar, pero en el trayecto me distraje un poco viendo la carretera y la entrada principal a La Villa del rosario, que es el lugar donde ahora vivo.

Poco antes de llegar al lugar de destino, pasamos por una de las tantas estaciones de servicios que lucen así...solitarias! Ésto es muy triste, sobre todo tratándose de un Estado con tanto potencial petrolero, pero bueno, ese es otro asunto.

Volviendo al punto, logramos llegar a casa de mis amigos y como siempre, ellos nos estaban esperando con alegría (que bueno es poder contar con amigos, en estos tiempos la amistad muchas veces es subvalorada).