Por fiiiiin llegó el viernes Dios mío, no por el aroma que los viernes puede traer, ni porque el cuerpo lo sabe, sino porque ya se acaba la jornada laboral de la semana.

Porque no pienso ir para la actividad del sábado ¡no señor!

Mis viernes de clases empiezan a las 7:30 am, pero este viernes hice una excepción ¿la razón?, el palo de agua que estaba cayendo y le dije a los estudiantes que saldría de casa cuando escampara.

tampoco pienso gastarme la quincena comprando medicamento para el resfriado ni la gripe ¡no señor!

La evaluación que tenía pendiente la hice, los estudiantes no se quejaron porque estaba pautada para hacerla en el ambiente Classroom , es decir, sería un examen individual y virtual, pero lo cierto es que lo hice en el salón y de forma de taller.

A los estudiantes les gusta este tipo de evaluaciones.

Lo malo es que aunque el grupo tenga tres o cuatro personas siempre vienen a preguntar, a lo que yo les contesto: "pregunta no válida", pregúntasela a sus compañeros.

Por otro lado, ellos no saben que el hecho de juntarse ya los califico, porque siempre está el grupo de los estudiosos, el grupo que anda de quien copiarse, el grupo de las que le da igual y el grupo de los que tienen que invocar a Dios y los santos para que les haga un milagro.

Al llegar a la oficina de "Servicio Comunitario", que es la coordinación que me toca llevar, nunca digo que la oficina es mía porque eso de crear apegos con cargos no es lo mío, al llegar a la oficina me dispuse a comer un platanito o tostón que estaba bien bueno porque tenía como un toque de ajo.

De esos tostones que más vale no compartir ni menos dar un beso porque el aliento queda a ajo jajajajajajaja..

Llegué a casa y vi como seguía Carlota, esa herida de la esterilización no le termina de cerrar, el veterinario dice que la gata debe tener algo en su sistema inmune que no la deja sanar por ella misma, así que ya llevamos casi 3 semanas en esta aventura de curar la herida y de tener todo el cuidado del mundo para que no se le infecte.

Por lo menos su ánimo está más sereno porque ya la dejamos bajar al comedor y estar con los otros gastos, en vez de estar todo el día encerrada para evitar que la rasguñaran o que una mosca hiciera de las suyas en una herida abierta.

Otra noticia es que Juan Carlos compró tacitas nuevas, de animalitos, me encantaron, de plástico porque entre los niños y los gatos eso no dura pero igual están hermosas.

No sabemos que animal exactamente es la color naranja, si una vaca, un cerdito o un alce, así que le dije a Carlitos que pensara que es el animal que es más de su agrado.

También hay una de sapito que se la adjudicó mi hijo Samuel, me hizo recordar que una vez lo disfrazamos de sapito para un evento escolar donde él representaba ese personaje.

La mía es de gatito, con orejas puntiagudas, de lo más linda, pero aun le falta una a Juan, porque son tres hijos y cuando mi hijo mayor venga seguro reclama la suya, él me dijo que buscaría más, porque sólo estaban esas tres en el supermercado chino.

Igual se le agradece el detalle de las tazas.

Y colorín colorado, este viernes ha terminado.

Nota 1: Todas las fotos son mías, fueron tomadas con mi teléfono móvil, marca Redmi Note 12S.

Nota 2: No coloco leyenda debajo de las fotos porque para eso les echo el cuento.