La trama se centra en Howard Inlet ( interpretado por Will Smith), un exitoso ejecutivo y socio de una gran agencia de publicidad. Este hombre perdió a su hija de 6 años, víctima de un cáncer terminal. Desde entonces, su vida perdió todo sentido, se podía ver claramente en sus ojos el dolor y la tristeza, para él todos los días eran iguales, vagaba en el mundo solo por estar.

El dolor por perder a su hija fue tan fuerte, que lo llevó a romper con todo, se aisló totalmente del mundo. Al verlo, nos pone a pensar, podría suicidarse por la gran depresión en la que se había sumido. Para él, el tiempo no era nada, ni valioso, por eso, se iba a un parque de perros, sin tener perros y pasar horas sentado en un banco contemplando la nada.

Todos los días, Howard Inlet hacía lo mismo, iba al parque de perros y escribía cartas, pero no a personas, si no a cosas, cosas a quienes les reclamaba el porqué de la muerte de su hija, estas eran: el amor, el tiempo y la muerte.

Al amor lo llamaba traidor, por llevarse la ternura de verla vivir todos los días, le reclamaba al tiempo, por todos los instantes de su vida que perdió luchando contra una cruel enfermedad y a la muerte, por no aceptar el trueque ni escuchar sus súplicas, llevárselo a él para que viviera ella.

La vida de Howard era preocupante, sobre todo para sus amigos y socios, Claire Wilson (Kate Winslet), Whit Yardshaw (Edward Norton), y Simon Scott (Michael Peña), quienes temen por lo que él pueda hacer y por el futuro de la agencia, ya que era uno de los socios mayoritarios. Para ayudarlo a salir de la oscuridad donde se encontraba, sus amigos fraguaron un plan bastante inusual.

La película es bastante interesante, si empiezas a verla no pierdas detalle. Combina muy bien el romance, el drama, la fantasía y la comedia. Además de palomitas y unos ricos chocolates, llévate también un pañuelo, porque será imposible no llorar.

A diferencia de Howard, pienso que el amor es eterno, transciende más allá de la muerte y tiene muchas facetas. El hecho de que alguien desaparezca físicamente, no significa que dejamos de amarlo.

El tiempo, siempre nos da nuevas oportunidades, solo debemos saber aprovecharlas. La muerte es parte de la vida y debemos aceptarla, algo que no podía lograr Howard. Lo cierto es, que ante cada proceso o situación adversa que nos toca vivir, siempre hay motivos para sonreír y seguir adelante, siempre podemos ver “la belleza inesperada” .