[THE DIARY GAME 3: 27-10-21] En movimiento y con buena actitud

Querido diario, hoy al abrir mis ojos, la luz del sol me indicaba que ya era hora de levantarme, aún no sonaba la alarma, pero yo sabía que faltaba poco, en lugar de volverme a dormir, tomé el impulso de salir de la cama, desactivé la alarma y me fui a la ducha. A mi hija le tocaba vacunarse contra el covid-19 en el liceo y yo tenía reunión de trabajo. El día prometía ser bastante movido y yo tenía ganas de asumirlo desde el inicio.

Mi esposo me dejó en la oficina para acompañar luego a nuestra hija en su vacunación, cada uno estuvo en el lugar que le correspondía temprano. Transcurrió como una hora antes de que comenzara mi reunión, fue en un espacio abierto en las afueras del edificio donde trabajamos, nos gusta hacerlas allí porque el ambiente es agradable y tenemos más libertad para hablar, sin perturbar a los demás. El espacio donde están nuestros puestos de trabajo, es una especie de galpón y están congregadas varias gerencias, debemos hablar con un tono de voz moderado para conservar el silencio.

La reunión tuvo sus momentos intensos, como a veces me pasa, intervine y luego en frío, pensé que era mejor mantenerme en silencio. Al final, terminó bien, mi jefe sale esta semana de vacaciones y estaba procurando dejar todo en orden. Tengo casi cuatro años con este grupo de trabajo, es fuerte, cordial y me he sentido cómoda con ellos. Tengo el presentimiento de que vienen cambios importantes... esperemos con Dios de que sean para bien.

_{El equipo de trabajo al terminar la reunión (edición en PowerPoint)}

Mi esposo me avisó que todo había salido bien con la vacuna de mi hija, estaba gratamente sorprendido de lo organizado que estuvo todo, pasaron salón por salón vacunando a los jovencitos de cada año y hubo un doctor que les dio una charla y respondió todas sus dudas. Por otra parte mi hija no presentó ninguna molestia post vacuna, ni siquiera el brazo le dolió, gracias a Dios.

Como a la una de la tarde regresé a casa, mi esposo había preparado sopa de pollo y me pareció un menú ideal. Qué bendición es llegar a casa y encontrarse con un plato de sopita preparada con amor. Como siempre, primero me di una ducha, para luego disfrutar la comida.

_{Mi almuerzo: Sopa de pollo.}

A las cuatro era la clase de Karate de mi hijo, que es cuando mi esposo y yo caminamos, así que me ocupé en otras tareas del hogar y pronto nos preparamos para continuar nuestra jornada. Durante la caminata, recordábamos que fue un 27 de octubre que nos unimos ante la ley de los hombres, así que era nuestro aniversario del matrimonio civil y el 28 fue el eclesiástico. En estos momentos tenemos muchos compromisos, pero esperamos poder celebrarlo luego como nos gustaría. Igual nuestro amor se festeja día a día a través de nuestro apoyo y compañía.

_{Mi esposo y yo durante la caminata}

Después de caminar, pasamos un rato por el gimnasio donde mi hijo recibe sus clases de karate, justamente él estaba en un combate de práctica con sus Sensei, le tomé varias fotografías, pero todas salieron movidas, pues ellos no se quedaban quietos, jajaja.

_{Mi hijo en su clase de Karate-Do.}

Disfruto verlo en su entrenamiento, ser testigo de cómo va progresando y cómo va cambiando su actitud, mostrándose cada vez más seguro. Espero que continúe en esa disciplina y pueda ir cambiando de cintas, porque además de ser un deporte que le inculca disciplina y lo fortalece físicamente, le suma también a su personalidad y le sirve para su defensa personal.

El clima estuvo muy agradable, mi esposo y yo hicimos nuestro recorrido de 45 minutos y 3 kilómetros y yo me sentía con fuerzas para seguir caminando, por primera vez sentí que el tiempo pasó rápido y que no estaba agotada. Entonces pienso que el calor hace más difícil la rutina y consume energía. El cielo estuvo siempre gris y la brisa fresca, sin que lloviera.

_{Yo bajo el agradable cielo gris.}

Al llegar a casa nos dimos un baño y mi esposo preparó el café, que acompañaría el pan para la cena. Luego disfrutamos de un rico helado de mantecado con chocolate y galletas, que le había comprado a una colega que los prepara. Mi hija me había pedido que le trajera uno para celebrar sus 2000 seguidores en Tik-Tok y a mí me encanta complacer a mis hijos. Lo devoramos y ni siquiera le tomé fotografía, pero sí te puedo decir que es el helado más cremoso que he comido y muy rico.

El Internet estuvo fatal, pero no nos importó mucho y aprovechamos de irnos a la cama temprano, agradeciendo a Dios por cada bendición que nos entrega. Al final del día nos sentimos muy contentos de que ya nuestra hija tenga su primera dosis y más ahora de que ya comenzó sus clases presenciales, sólo falta que se active la vacunación para los niños para que también inmunicen a nuestro hijo, estoy segura que será muy pronto.