Ana hurgó en la habitación de su hermano para comprobar el origen de sus recurrentes ausencias. Encontró un calendario, y sobre él una advertencia que decía: ojos curiosos, mente sin alma. Y Cuando Ana quiso escapar, sintió un aliento sobre sus orejas…

Ana al sentir el aliento sobre sus orejas tomó una respiración profunda para agarrar fuerzas, y agilizar su mente para decidir qué hacer. De una forma macabra y con un silbido ensordecedor apagaron la luz de la habitación. Quedó totalmente a oscuras. Cuando se dispuso a voltear una mano helada y babosa recorría su espalda, quedó privada y quiso gritar pero no podía, la mano fue subiendo hasta su cuello y luego un afilado cuchillo la rozaba. Comenzó a sudar, y a temblar, como si algo estaba penetrando en su cuerpo. Pego un grito tan fuerte que se despertó y empezó a llorar toda temerosa, su madre estaba a su lado contemplándola. Solo recordó que había estado soñando y una terrible pesadilla la atemorizó. Y en forma reflexiva le dijo a su madre: -prometo no volver a preocuparme por lo que haga mi hermano. El estar pendiente de su vida me trajo esa horrible pesadilla.