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Vicisitudes

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En todas sus vicisitudes, creo ya haberte llorado lo suficiente.

Confieso que, cada vez que tu recuerdo se cruza por mi mente, la gravedad se hace carne en mi y siento todo caer. En un insonoro e insensato movimiento, el mundo vuelve a despedazarse; no hay porque, no confio en encontrar una razon tampoco, algunas situaciones solo se presentan para marchitarnos un poco mas el alma.

En todos aquellos momentos donde la nada se transforma en mi todo y en aquellas circunstancias en donde siento que la incertidumbre es la unica certeza que obtendre, ahi se esconde el mismo presagio, las mismas palabras que resonaron en mi tantas veces ya: aun hay mas. Aun hay mas.

Que suerte de destino torpe e imperfecto, que danza gracil cuando se trata de enroscar los sentimientos. Que eterna crueldad de torcer voluntades.

Los segundos transcurren sin paz y, conforme a cada tic tac resuena en mi, una peque;a parte de mi vuelve a caer. Insonsable, ineterno y hasta maquillandolo con un poco de frivolidad. La gracil masquerade de aparentar todo aquello que jamas vivira, de reducirse al fantasma de todo aquello que no es real. Mas lo niego, mas presente esta; con mas ahinco quiebra mi voz, con inusitada furia retuerce mi garganta y me obliga a rogar porque el encuentro final jamas llegue.

No hay razones ni entendimientos, nunca los habra. La benevola crueldad de enfrentar lo que la mente ya ha aceptado y el cuerpo se niega a validar; pero hay magia en despedazarse. Hay un encanto secreto en dejarse prender fuego y reducirse a llamas, la magia del nuevo comienzo se hace presente y deja destellos de esperanza a su paso. La dura comparacion de un valle floreado y agradable, contra el callejon oscuro, estrecho e inseguro que siempre nos caracterizo.

El apego jugando su carta maestra, una mente bastante inquieta y tiempos que se desempe;aron en perfecta concordancia. Te encuentro en la nada, habias receurdos que son hermosos y me encantaria borrar, la herida en carne abierta que no para de sangrar.

Cuando todas estas lineas terminen y los segundos dejen de acecharme, tic tac, tic tac, nuevamente las lagrimas volveran a caer. La magnificencia de la vulnerabilidad, lo idilico de la dramatica tragedia, la convulsa necesidad de admitir que mucho me costara entender que no estas.

Estoy escribiendo mi pena y vomitando mi verdad, expuesta y sensible, redactando para no ahogarme.

Hora de reescribir memorias, rehacer todos los recovecos de la mente y reprogramar todo aquello que dejaste en cortocircuito. Despedazar lo que no quiero en mi, hacer lugar para mas, pero sin derruir lo que queda de vos en mi mente. Contradicciones, contradicciones imposibles que me piden saltar con los pies en la tierra. Me desmorono sin perecer, sin darle lugar a que nadie comprenda lo que no quiero exponer.