Me siento muy feliz de tener la agradable oportunidad de participar en esta dinámica que organiza nuestro compañero @fantvwiki porque, a través de este concurso les compartiré mi punto de vista respecto a la influencia que tiene en nosotros el pasado y presente. Sin más preámbulo, comienzo con mi participación.

  El tiempo se caracteriza por ser efímero porque, así como llega, se va y aunque todos estamos conscientes de su existencia, no tenemos la capacidad de influir en su avance o lentitud ya que, el tiempo tiene su propia autonomía y pareciera que su único objetivo es transcurrir.

  Hasta el momento, el tiempo no ha podido ser manipulado por el ser humano y, a pesar de ello, en nuestros pensamientos no deja de fluir la idea de tener una máquina que nos lleve a un momento específico de nuestra etapa de vida porque, consideramos que recordar es vivir.

  El pasado siempre va a formar parte de mi historia y, aunque este ya quede atrás, de alguna manera u otra va a repercutir en las situaciones que explore durante mi presente. Partiendo de esto, para mí si es importante recordar el pasado ya que, por medio de ese recuerdo voy a tener presente las lecciones que me obsequiaron las experiencias vividas en mi etapa pasada y las aprendí para poder continuar evolucionando como ser humano que soy.

  Quiero dejar presente que, cuando digo que es importante recordar el pasado, no quiere decir que vivo anclada a lo que sucedió porque, comprendo que lo que no suma a nuestra vida, hay que dejarlo ir pero; si me gusta mantener un constante recordatorio en las lecciones que una mala experiencia me dejó ya que, de los desaciertos se aprende más que de los aciertos.

  De existir esa anhelada máquina, sin duda alguna me encantaría volver a mi etapa de la infancia porque, todo lo que recuerdo haber vivido en ese ciclo de mi vida e incluso las anécdotas que me contó mi familia, me hacen concluir con que ha sido mi período más épico y, no es que después de la infancia todas las cosas han sido malas ya que, a pesar de los momentos desagradables, estoy feliz en mi vida actual pero, si de algo estoy segura es que, la persona que hoy día soy, es gracias a esa Pahola feliz durante la infancia y, aquí es donde siempre digo que quisiera abrazar al igual que felicitar a mi niña porque, sus sueños me dieron la fuerza para vencer todas esas adversidades que se me han presentado.

  Les confieso que mi infancia estuvo rodeada de mucho amor, alegría, aventuras y aprendizajes por lo tanto, no hay un momento de esa etapa que no me haga sentir orgullosa de haber sido esa niña feliz que me motivó a siempre ver la vida como una aventura evolutiva donde disfrutar la felicidad debe ser mi premisa en todo momento.

  Pensar en el futuro es algo inevitable porque, en tiempo presente trabajo para lo que quiero alcanzar más adelante. Sin embargo, no llego al nivel de obsesión ya que, de esa manera va a ser desgastante y muchas veces cuando nos afanamos tanto en el futuro, no disfrutamos el proceso. Partiendo de esto, una vez determino qué quiero lograr a futuro, trabajo en ello y durante el recorrido, dejo que las cosas vayan fluyendo progresivamente porque, absolutamente todo en la vida tiene su lugar y momento para que suceda en el tiempo ideal que corresponde.

  Varias experiencias que he vivido me han enseñado que, existen cosas que nosotros planeamos y no se dan de la manera exacta que las visualizamos por lo tanto, más allá de encasillarme en un futuro ideal, lo que hago es proyectar algo y a medida de que vaya avanzando el tiempo, me voy ajustando a la fluidez del presente que me permite diseñar mi futuro sin tanta presión.

  Gracias a una experiencia en particular que marcó mi vida de manera trascendental en el pasado, sí considero que las malas vivencias nos ayudan a construir nuestro mejor futuro. No obstante, para que esto suceda es indispensable que tengamos la facultad necesaria de extraer todas las lecciones que esa situación tiene porque, cuando estamos pasando por una novedad incómoda, solemos cometer el error de negarnos o reprimirnos a ver las cosas positivas que dicha particularidad tiene en tiempo presente y futuro.

  Desde mi punto de vista, mis malos momentos del pasado han sido mis mejores maestros de vida porque, gracias a ellos hoy día soy más analítica, valoro con mayor fervor la vida y, disfruto cada paso de mi existencia porque, la vida aún con sus tonalidades matices, es hermosa y sin mis errores del pasado, esto jamás lo hubiese comprendido.

¡Muchas gracias por leer mi publicación!

^{Las imágenes presentadas en esta publicación, son de mi autoría y fueron extraídas de mi galería personal}