Perdía el equilibrio con facilidad, me caí infinidades de veces. Recuerdo que una vez, me estaban ayudando a aprender, y mi hermano sostenía el cojín mientras yo manejaba la bici, el me soltó sin decirme nada, y yo iba hablando mientras conducía pensando que él venía detrás de mí. En una de esas, el me gritó: - ¡vas sola te solté!, cuando voltee y vi que él estaba lejos de mí, perdí el equilibrio, el me decía: - Freeeenaaaa, pero de los nervios no puede y me estrellé contra una pared. Como todo está en la mente, jeje.

Finalmente, me propuse a aprender yo sola, y me pase toda una tarde practicando en el garaje de mi casa. Luego de varias horas, lo logré. Salí contenta a manejar a la calle, triunfante, aprendí a manejar bicicleta.

Tiempo después, unos vecinos nos prestaron una película, “La pandilla BMX”, si mal no recuerdo. Trata de 3 amigos, 2 chicos y 1 chica, ellos andaban en bicicletas, y hacían caballito, la muchacha también, y yo quería hacer lo mismo.

Las bicicletas de ellos eran bellísimas, me llamó la atención las llantas, era distintas, mi primo decía que eran llantas de paleta, de plástico, que eran más livianas y por eso ellos podían hacer sus piruetas con facilidad.

Yo quería una bicicleta así, Jajaj como la de ellos, y en diciembre me la trajo el niño Jesús. El 25 de diciembre, allí estaba, bajo el arbolito. Era amarilla, como la de la chica de la peli, pero me decepcionó que las llantas eran normales y la bicicleta no era tan alta.

Total, la acepté, y quise hacer caballito como la chica de la película, pero imposible, no pude, en más de un intento me caí. Era muy pesado levantar la bicicleta, así que solo me limité a manejar de lo más normalito. Se veía tan fácil en la película, de hecho, mi primo también hacía caballito.

Esta es mi historia sobre ruedas, no tengo carro y no tuve la oportunidad de adquirir uno, pero me encantó recordar las ocurrencias que teníamos de chicos.