Dios, qué belleza! Este texto debería trascender. Es mágico como la poesía y tiene el encanto de la palabra que nos habita por siempre.
Gracias por regalarnos este texto, que particularmente me fascinó. Quiero aprendérmelo para recitarlo.
Dios, qué belleza! Este texto debería trascender. Es mágico como la poesía y tiene el encanto de la palabra que nos habita por siempre.
Gracias por regalarnos este texto, que particularmente me fascinó. Quiero aprendérmelo para recitarlo.
Gracias...te estoy contagiando la exageración maracucha jaja..agradecida que veas el escrito con esos ojos...lo valoro un montón..un abrazo apreciada Sol.
Jajaja. Esa exageración me gusta, pues es necesaria para los relatos. Ya sabes, mientras más grandes son los embuestes, más creíbles son, jeje. Un abrazo.