Comunicar experiencias, emociones, conocimientos y sentimientos a través de la escritura, ha permitido que este sistema de signos gráficos se convierta en una de las representaciones artísticas con mayor influencia en nuestra sociedad, ya que por medio de las letras, conectamos cono verosímil e inverosímil de este arte.

  Partiendo de lo anterior, me complace unirme a la iniciativa literaria que auspicia nuestra amiga @solperez , porque es una gran oportunidad para continuar mi camino entre la imaginación y las letras. Sin más preámbulo, comienzo con mi participación.

  Sofía y Enrique han mirado el almanaque que tienen colgado en la sala. El brillo en la mirada de ambos es el traje de gala perfecto para la resplandeciente sonrisa que se ha dibujado en sus rostros al ver que, en tan solo dos días, es el cumpleaños de sus amados hijos.

  Aunque los tres pequeños tienen un año de diferencia entre ellos, la coincidencia de haber nacido el mismo día, es una novedad que aún sorprende a todos los familiares y amigos, porque una casualidad como esta jamás se había visto en el pueblo, pero para los niños, es un acontecimiento muy divertido, ya que la fiesta de cumpleaños es más grande.

  El día más esperado para la familia León, finalmente ha llegado y, la fiesta comienza cuando Enrique enciende el tocadiscos que ambienta el lugar con música infantil. Los niños están bailando y jugando con los payasos que llegaron gracias a un acto de magia que hizo el mago Colorín.

  Las carcajadas de los niños y, los aplausos retumban el lugar cuando Sofía anuncia que el momento de tomarle la fotografía estelar a los cumpleañeros, ha llegado. Emocionados, posan caracterizados con su personalidad; gestos que enternece a todos los presentes, porque cada uno brilla con su propia esencia.

—Niños, vamos a la cuenta de tres. —dijo el mago Colorín mientras cuadra la cámara.

  Al finalizar el conteo del mago, el flash iluminó tanto la sala que, los invitados se pasan el dedo índice cerrado en sus ojos, porque están encandilados; al tener visibilidad, ven que una postal fotográfica está cayendo al piso. Enrique se acerca y ve que se trata de la postal de sus hijos.

—¿Dónde están los niños?. —preguntó Sofía con un tono de voz desesperado.

  La impresión y agonía de los presentes se perciben incluso en el silencio. Una explicación lógica a lo que había sucedido, no la hay y, cuando Sofía intenta preguntar de nuevo dónde están sus hijos, una sonrisa malévola se alcanza a escuchar enmudeciéndolos a todos.

  El gélido frío que se comienza a sentir les penetra los huesos hasta dejarlos inmóviles. El interior de la casa se sumerge en las tinieblas y, ninguno se puede ver, pero en el momento menos pensado, del lente de la cámara sale un payaso de aspecto aterrador; con una sonrisa que brota sangre en los labios, se acerca a Enrique y Sofía.

—Cuando los padres acceden a que sus hijos vean películas de terror, los entregan a las tinieblas. —reveló el payaso aterrador mientras desaparecía progresivamente.

  Todo se vuelve a iluminar cuando un retrato gigantesco de los hijos de Enrique y Sofía está en el centro de la sala. Ambos se acercan, pero la lluvia de recuerdos los parte en llanto, porque comprenden que al permitir que sus hijos vieran una película de payasos endemoniados, abrieron un portal oscuro que, se los llevó.

  Ese día, Enrique y Sofía se sumergieron en un mar de culpas que, con el paso del tiempo, perdieron la cordura. Sentados frente al retrato de sus hijos, les llegó la vejez y, lo único que han estado diciendo desde el último día que estuvieron con ellos es:

En un click

  La fiesta de los niños León se convirtió en un contundente recordatorio de que, ningún niño debía ver películas de terror, porque al hacerlo, despertaban al mago Colorín que, en realidad, era el payaso raptor que venía de las tinieblas.

¡Muchas gracias por leer mi publicación!