Un encuentro fortuito entre Aureliano y Atenas en la fiesta folclórica del Elorza estado Apure, se prestó para la confesión de amor más confusa de todos los siglos. Aureliano al mirar el semblante de Atenas quedó como “Gaznápiro” y sin temer al vulgarismo se acercó a ella, y con sutil “Melifluo” se presenta como el galán de la cita y la convoca al son del “fandango” insistiendo al son de las cuerdas. Por su afán la doncella lo exhorta de sopetón y en ráfaga suelta aquella palabra. – Usted parece un “CAMANDULERO”, buscando quien le pula la hebilla, conmigo no porque te hago un Quilombo para que todo el Jurgo se entere de tu osada pretensión.

El Enamorado de Aureliano siente un tropel que taladra su corazón colmandolo de malquerencia, así pasaron las primeras horas entre el polvo, sudor y cuerdas cuando nuestro galán determina tomar el terraplén como pista para el fandango y empiezan el “zapateo”, los gritos de alborotado llaman la atención de Atenas, muchos aplausos y estimulaciones y el joven Aureliano deprisa olvida a su amada Atenas. El “Tremolina” se convirtió en la protagonista durante otras par de horas.

Aureliano era la imagen de la noche todos querían estar con él las femeniles unas tras otras acompañaban al protagonista al son del taconeo. Era la atracción el galán la estrella. Atenas cuando percibe el error de haber desechado la oportunidad de convertirse en la reina de la noche, retrocede aquel negativo y sale en busca de su amado Aureliano. .

Estando cerca de él, le dice, - mira chico después de pensarlo bien si me gustaría ser tu fandanguera” estar contigo hasta que la hebilla se rompa, para que todo el Jurgo se dé cuenta que yo soy la propia que te tumba la cerca, y soplarte al oído cada palabra melifluas que te ericen la piel y no pienses de mí que soy una interesada lo que pasa es que conocía tu proceder pero tu fama me dice que serás un buen acompañante desde hoy y quién sabe quién.

Aureliano la mira a los ojos fijamente le toma la mano y le dice,, - Amada mía usted es una tremenda “camandulera” pero aunque sea agarrando fallo, suerte en un zumba que zumba bailando al son de la cuerda hasta que el sol nos sorprenda.

Dice la fábula que estos embelesados al terminar la faena del festival más nunca se vieron, fin colorado este cuento ha terminado.

Un encuentro fortuito entre Aureliano y Atenas en la fiesta folclórica del Elorza estado Apure, se prestó para la confesión de amor más confusa de todos los siglos. Aureliano al mirar el semblante de Atenas quedó como “embobado” y sin temer al vulgarismo se acercó a ella, y con sutil “sonido” se presenta como el galán de la cita y la convoca al son del “baile” insistiendo al son de las cuerdas. Por su afán la doncella lo exhorta de sopetón y en ráfaga suelta aquella palabra. – Usted parece un “embustero”, buscando quien le pula la hebilla, conmigo no porque te hago un escándalo para que todo el gentío se entere de tu osada pretensión.

El Enamorado de Aureliano siente un tropel que taladra su corazón colmandolo de malquerencia, así pasaron las primeras horas entre el polvo, sudor y cuerdas cuando nuestro galán determina tomar el terraplén como pista para el baile y empiezan el “zapateo”, los gritos de alborotado llaman la atención de Atenas, muchos aplausos y estimulaciones y el joven Aureliano deprisa olvida a su amada Atenas. El “ruido” se convirtió en la protagonista durante otras par de horas.

Aureliano era la imagen de la noche todos querían estar con él las femeniles unas tras otras acompañaban al protagonista al son del taconeo. Era la atracción el galán la estrella. Atenas cuando percibe el error de haber desechado la oportunidad de convertirse en la reina de la noche, retrocede aquel negativo y sale en busca de su amado Aureliano.

Estando cerca de él, le dice, - mira chico después de pensarlo bien si me gustaría ser tu bailarina” estar contigo hasta que la hebilla se rompa, para que todo el gentío se dé cuenta que yo soy la propia que te tumba la cerca, y soplarte al oído cada palabra suaves que te ericen la piel y no pienses de mí que soy una interesada lo que pasa es que conocía tu proceder pero tu fama me dice que serás un buen acompañante desde hoy y quién sabe quién.

Aureliano la mira a los ojos fijamente le toma la mano y le dice,, - Amada mía usted es una tremenda “embustera” pero aunque sea agarrando fallo, suerte en un zumba que zumba bailando al son de la cuerda hasta que el sol nos sorprenda.

Dice la fábula que estos embelesados al terminar la faena del festival más nunca se vieron, fin colorado este cuento ha terminado.

Aquí les dejo el enlace de concurso para que se enganchen y se diviertan un rato. quiero retar a mis amigos a participar: @joanm897, @pedrohp27 me despido hasta una nueva oportunidad espero que le guste tanto como a mi.