Magda tiene 20 años trabajando en la empresa Melitox, compañía anónima: una empresa encargada de cobrar deudas. Por su buen trabajo, Magda es considerada una de las mejores cobradoras del universo. No solo es firme, capaz, feroz, también es insistente y siempre logra que los clientes paguen. De la larga lista de personas morosas que ella tiene, jamás nadie ha dejado de pagar.

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Sin embargo, en el cruce de la Avenida Sucre, con Miramar, hay una casa donde vive una familia muy pobre. Allí vive Gabito con su esposa y sus dos hijos. Gabito pidió un préstamo cuando uno de sus hijos se enfermó y tuvo que comprar medicina. El Señor Juvenal, quien compra y vende oro, le prestó dinero con unos intereses muy alto. Gabito prometió pagar, pero no ha pagado ni la deuda ni los intereses, por eso Magda ha tenido que visitar muchas veces a Gabito en su casa. Y aunque lo ha amenazado, Gabito no ha pagado.

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Magda se da cuenta que Gabito es pobre y aunque trabaje mucho, jamás podrá pagar la deuda que tiene con Juvenal. Por primera vez, su corazón se ablanda y siente pena: Gabito es un buen hombre. Entonces, cada vez que le toca pasar por casa de Gabito, se queda parada y no toca la puerta; luego sigue de largo a buscar a otros clientes. Cuando Don Juvenal pregunta, ella solo dice que Gabito está fuera, seguro de viaje, que toca la puerta y nadie le sale. Afirma que en cualquier día lo encuentra y lo pone a pagar, y don Juvenal que conoce a Magda, le cree porque como cobradora es muy capaz.

HASTA UNA PRÓXIMA HISTORIA, AMIGOS