Allí estaba con su delantal y su rosario de madera, que nunca abandonaba, sentada en la cárcel del pueblo.

Sarah era mi tía y la cocinera de los Brown. Era injusto que la encarcelaran por haber dicho la verdad: la catalana no se escama.

El asunto fue así. Como todos los días la tía Sarah a las cinco de la mañana fue a la casa de los Brown. Ella era la encargada de los fogones de esa finca.

Ese día llevaron catalanas para el almuerzo. Mi tía mandó a pelar unas papas y a lavar lechugas y tomates para la ensalada. Siendo temporada de aguacates, éstos no faltarían en la mesa.

También se prepararía papelón con limón para refrescarse antes del almuerzo.

Tía Sarah era una mujer mayor de 50 años y desde que tenía 15 años trabajaba de cocinera. Su sazón para los guisos era muy conocida en el pueblo y por eso fue contratada en la mejor finca del pueblo: los Brown.

Ese día la señora Lilian fue hasta la cocina y vio todo el movimiento que se hacía para preparar el almuerzo. Saludo a la tía Sarah con cariño mientras la veía sacándole las agallas a las catalanas. Le llamó la atención que no escamaba el pescado y le dijo: Sarah qué está haciendo? Quítele las escamas a ese pescado antes de freír.

La tía Sarah le respondió inmediatamente; -Doña Lilian este pescado no se escama o quiere que le quite el cuero?

El resto del personal que estaba en la cocina se echó a reír. La señora Lilian que se sintió humillada le repitió la orden a la tía Sarah.

Sarah era una mujer de poco hablar. Mandó a agilizar los fogones. Saló el pescado por las ranuras que le había hecho y en un sartén con aceite caliente echó dos calatanas, haciendo caso omiso a la sugerencia de la Doña de la casa.

Luego, la agarró por uno de sus brazos y le dijo: Doña Lilian mejor váyase de la cocina porque usted no sabe nada de por aquí.

La manga del vestido de la señora Lilian quedó sucio y con olor a pescado. Ella salió de allí y fue inmediatamente a hablar con su esposo para contarle lo sucedido.

Horas más tarde, el comisario del pueblo fue a la finca a buscar a la tía Sarah por insurrecta.

Así fue como mi tía pasó la noche encarcelada. Al salir de su encierro nunca más fue a trabajar con los Brown.

Espero que les haya gustado esta historia inspirada en la imagen de Sarah Malcom de William Hogarth.

Con esta publicación me uno al desafío de Arte y Escritura que propone @solperez. Si desean saber de qué se trata pueden leer Aquí y unirse para crear historias, hacer poemas, para elaborar una reflexión o hacer un ensayo, de unas de las tres obras de de William Hogarth.

Gracias por leerme y dejarme tu comentario. Saludos infinitos!

_{Los banners de esta publicación fueron diseñados por mí.}