En tiempos de la colonia la región de Paria recibió a barcos franceses. La mezcla cultural de indios, españoles y franceses dio una mayor riqueza al lenguaje y a las formas de vida de la llamada Provincia de la Nueva Andalucía, al este de lo que pronto fue la Venezuela independentista.

Carúpano era un poblado costeño y allí llegaron los padres de Alfred Smith, con sus costumbres marineras de Gales y Burdeos.

Alfred Smith creció mirando el mar igual que hubiese hecho en la Europa que sus padres abandonaron. Los radiantes amaneceres, el agua salada golpeando el malecón, los botes llegando al muelle después de la faena de pesca, los carruajes esperando y las familias comprando los frutos que el mar había provisto.

La situación familiar hizo que su padre se marchara hacia los Estados Unidos para buscar fortuna; Alfred y su hermano, muy jóvenes, empezaron a ser los pilares masculinos de la pequeña familia navegada.

Pero Alfred no era un chico que le gustase echarse a la mar; su pasión era otra. Desde la madrugada tomaba su lienzo y sus óleos para plasmar los azules que no conoció.

Las historias de su madre, del muelle de Burdeos, eran fascinantes. Las mujeres ataviadas con largos vestidos a la polonesa y tocados a la María Antonieta no era lo que el joven Alfred veía en el muelle de Carúpano.

Él se sentaba muy cerca del bullicio de los mercaderes y del pescado fresco, e imaginaba a los carupaneros en Burdeos. Las cestas de pescado, los hombres llegando de altamar y el pescado brincando en los botes. Los pescadores desenredando sus chinchorros, las mujeres esperando oír las mejores ofertas y niños jugando con los cordeles.

La mente de Alfred era una nube que observaba todo desde el cielo caribeño. Retrató e imaginó los cielos de Burdeos desde la atmósfera de su Carúpano querido.

Cada obra se la mostraba a su madre quien se fascinaba con las revelaciones pictóricas de su hijo. La luz, los detalles y las mañanas eran como vivir al borde de la Garona pero con menos frío.

Pasados los años, Alfred Smith fue invitado al Salón de París por sus impresionantes obras de Burdeos. Él había modelado los recuerdos de su madre desde un Carúpano que fue su verdadero hogar.

Deseo hacer la salvedad que esta historia está enmarcada en lo que se conoce como Ficción Histórica. Espero que la hayan disfrutado.

Con esta publicación me uno al desafío de Arte y Escritura que propone @solperez. Si desean saber de qué se trata pueden leer Aquí y unirse para crear historias, hacer poemas o para elaborar una reflexión, de unas de las tres obras de Alfred Smith que están en la publicación de la convocatoria.

Invito a @eve73, @franyeligonzalez, @alexarelatos, @marpa

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