Fig. 1. Mis tesoros.

Hola amigos. Un cordial saludos a los que tienen la amabilidad de leer y apoyar mis publicaciones.

Mi yerno @panchocroquer se la pasa inventando. En esta ocasión propuso que presentemos algo que para uno tenga mucho valor o que quiere conservarlo, que tenga muchos años con uno y que guarda celosamente. Me gusto el invento y me he apresurado a participar. Los que estén interesados en hacerlo les dejo el enkace y así vean las condiciones del reto. Agradecido por el apoyo que dan a este tipo de actividades #venezolanosteem, @solperez y @marcybetancoirt.

Pero dejemos de hablar tanto y comencemos. Tengo varias cosas que para mi son un tesoro. No las voy a presentar todas, pero si a tres de ellas.

Conservo muchos libros de mi época de estudiante. Todos ellos son mis valiosos para mí. Uno de ellos me lo he leído varias veces y mire que tiene 933 páginas. Aunque, en muchos aspectos o conocimientos, esta desactualizado todavía sigue siendo muy útil en gran parte de su contenido. Este libro se titula “LA CIENCIA DE LA ZOOLOGÍA” y su autor es Paul B. Weisz. Lo adquirí en 1977 pero su edición es de 1974.

Aquí se los presento:

Fig. 2. Mi viejo libro de Zoología. Me fue muy útil cuando estudiaba (oro en polvo), durante el tiempo que ejercí como Prof. de Biología y todavía le saco mucho provecho.

Otras de las cosas que para mí representan un tesoro, una reliquia, son los dos microscopios que tengo. Uno más viejito y el otro un poco más nuevo. Pero ambos muy valiosos. Presentémoslo uno por uno.

He aquí al más viejito. De 1980 más o menos.

Fig. 3. Mi microscopio más viejito, de 1980 más o menos. Es muy sencillo pero muy útil.

He aquí el más nuevo. Lo adquirí en el 2008 más o menos.

Fig. 4. Mi microscopio más reciente. Lo adquirí en el 2008 aproximadamente. Permite observar con más facilidad que el anterior.

Y aquí estoy con mis tres reliquias.

Fig. 5. Con mis tres tesoros. El más viejito en el centro, mi libro de Zoología. Le sigue en vejentud el microscopio de la derecha y por último, el más reciente, el microscopio de la izquierda.

He de agregar que estos tres tesoros me han sido de gran utilidad para enseñar a mis nietos. Las fotos que contiene el libro me han servido para mostrarles algunos microorganismos como el paramecio y luego, con los microscopios, han visto esos microorganismos en vivo.

He aquí un collage de fotos editado en Canva y que utilicé en un post anterior que muestran a mis nietos observando microorganismos:

Fig. 6. Collage de fotos donde aparecen mis nietos observando microorganismos.

Bueno, queridos amigos, esos son tres de mis tesoros, de mis reliquias.

Para finalizar y despedirme por esta ocasión quiero señalar lo siguiente: Los microscopios son un tesoro para mí. Sin embargo, puedo asegurar que se han convertido en un tesoro para la familia. Y es que son muy valiosos. No por lo que valen en dinero, sino por el mundo que nos permiten ver. Ojalá todos los niños y niñas tuvieran la oportunidad de mirar ese maravilloso mundo.

¿Ha observado usted alguna vez ese mundo?

SALUDOS, UN ABRAZO DESDE SAN FERNANDO DE APURE, VENEZUELA