DIARIO DE EMOCIONES 14 ESTA SEMANA **La Sensibilidad**

La sensibilidad humana.

Últimamente, veo con preocupación que las nuevas generaciones no ven con buenos ojos a las personas mayores.
En la etapa de la niñez la figura de los abuelos es esencial para los niños, y se percibe el amor recíproco entre ambas generaciones. Es algo innato que lamentablemente se pierde en la mayoría de los casos cuando estos niños entran en la etapa de la adolescencia.

¿Dónde se ubica ese momento y porque ocurre?

Al entrar en la etapa de la adolescencia ocurre una especie de “corto circuito” esto lo digo yo o así lo percibo.

El niño, ahora joven, tiene un mundo por delante abierto a nuevas experiencias. Entran en juego las nuevas relaciones con los amigos y buscan la aceptación de su entorno inmediato. Es allí donde comienza un alejamiento esporádico con el entorno familiar.

Los padres y los abuelos comienzan a sentir cierto rechazo o alejamiento muy doloroso. En la mayor parte de los casos esto no suele durar mucho tiempo, pronto los jóvenes empiezan a madurar y a darse cuenta de que los padres y los abuelos no los rechazan y lo que buscan es orientarlos para que alcancen su propio futuro.

Generalmente, ocurre así cuando los hogares son estables, no están fracturados y el núcleo familiar está bien constituido, es decir, lo que se consideraría ideal.

Lamentablemente, este modelo familiar es cada día menos frecuente, y cada uno de los componentes lleva una carga de resentimientos y frustraciones que se convierten en corazas y la sensibilidad queda olvidada y oculta en algún resquicio de su sentir.

Qué mejor relación que un nieto que sepa valorar a su abuelo, que lo escuche sin prejuicios y descubra que él también fue joven. Crear empatía y valorarlo como persona.

Pienso que tenemos que trabajar para que las nuevas generaciones crezcan con valores, respeten a sus mayores y en general a sus semejantes.

Queremos rodearnos de una población que respete a todos en su entorno. Que tienda la mano a quienes lo necesiten y puedan brindar apoyo emocional.

Esta falta de sensibilidad se observa también en las instituciones que tendrían que proteger por todos los medios a quienes los precedieron.

Necesitamos voluntarios que sepan escuchar a tantos seres solitarios que van quedando aislados en nuestra sociedad. Bien sea porque sus familias emigraron, por haber sido rechazados por problemas sociales y económicos.
Necesitamos albergues para proteger a los desvalidos. Comedores que puedan cubrir sus necesidades básicas, centros de salud y sobre todo programas de reinserción para que estas personas que quedaron apartadas puedan formar parte activa en nuestra sociedad.

Debemos abrir nuestros corazones, hoy alguien necesita un abrazo.