Saludos, @aplausos. Me conmovió la lectura de este texto al que dudo al intentar colocarle nombre (de cualquier modo no es lo importante). Lo leí como una especie de monólogo que pronunciamos cuando intentamos recobrar fuerzas, fuerzas espirituales más que físicas, y nos vamos indicando el camino para reiniciar el rumbo hacia las metas, hacia el logro de los planes que nos proponemos. A veces esa conversación interna es poco amable y nos fustigamos de forma inclemente, pero debemos más bien exaltar cada triunfo, tal como lo aconsejas en tu publicación, poner la mirada en lo que hemos logrado para que eso nos dé más ánimo... o nos lo devuelva.
Gracias por compartir tu grandeza con nosotros.
Un abrazote muy especial.