Desearle la muerte a alguien es algo que simplemente está fuera de mi ser y mis pensamientos; sin embargo hay acciones de algunas personas que ameritan algo más allá de un mal pensamiento o un mal deseo de mi parte, merecen que se les aplique justicia. Aunque soy una persona de paz, de buenas vibras y trato cordial siento que hay cosas que simplemente sobrepasan los niveles de tolerancia y merecen un trato justo a la medida de su gravedad o importancia.

La tercera ley de Newton, ley de **Acción y reacción**, nos ilustra de manera clara y fácil de entender lo anterior. Esta ley dice que _"toda acción genera una reacción de igual intensidad pero en sentido opuesto"_, más claro aún, si tu das un golpe no esperes un beso como respuesta (dentro de un contexto normal porque todos sabemos que existen casos de casos) y, en este, particularmente siento que si una persona, tomando ventaja de su tamaño, edad, parentesco, rango, contextura, entre otras; abusa de un menor (hembra o varón) o de alguien más débil; o en el peor de los casos comete asesinato, desde mi perspectiva merece una respuesta contundente y acorde con lo que hizo.

Hay un texto de la biblia que si bien es cierto, puede que esté haciendo una referencia metafórica al tema, nos deja ver lo que Jesús pensaba acerca de aquellos que hicieran algún mal a algunos de sus hijos, de sus pequeños. En Marcos 18:6 dice:

Existen muchas personas que, sorprendentemente, subestiman la vida y con ello suelen llegar a restarle valor a la de los seres vivos que conviven a su alrededor, hecho que los lleva a cometer los más escalofriantes delitos y sentir por ello poco o nada de remordimiento. Son, en pocas palabras, un peligro andante que al ser descubiertos deberían ser procesados y juzgados con todo el peso de la ley, sin derecho a libertad condicional.