Venezuela Concurso - Semana 27 - Mi juego favorito de la infancia. Por @cruzamilcar63

Un fervoroso saludo para los hermanos de esta magnífica comunidad, donde los sueños son parte de las alternativas.

Hoy me uno a la propuesta de @eudisdiaz, Venezuela Concurso - Semana 27- Mi juego favorito de la infancia, en la que nos invita a viajar hacia los felices días del pasado con el fin evocar alguno de esos juegos tradicionales que marcaron nuestra existencia. Así lo he hecho y espero que lo disfruten como lo hacemos con todas las publicaciones de Venezolanos Steem

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Fuente

A jugar pichas

A las metras o canicas, en mi pueblo le decimos, desde tiempos inmemoriales, “picha”. Jugábamos picha en cualquier época, pero se intensificaba su práctica, durante los meses de agosto y septiembre, cuando había vacaciones escolares. En esos días, andábamos todos los zagaletones con una perola o una bolsa llena de estas pequeñas esferas que tanta diversión nos proporcionaban. A simple vista, todas las pichas se parecen, algunos dirán que son casi idénticas, sin embargo, cada uno de nosotros identificaba, con una precisión de escáner, las que nos pertenecían, sin importar que se encontraran entre mil metras del mismo color. Cómo hacíamos, no sé; todavía me lo sigo preguntando.

Existe una gran variedad del juego de picha y una misma versión puede cambiar de nombre de una región a otra, e igualmente puede agregársele reglas particulares que le imprimen características propias. En mi pueblo acostumbrábamos a cavar un pequeño hoyo, al que llamábamos “güeca,” y alejado a unos tres metros de este, se trazaba sobre el suelo una raya, a la que se le decía el “guamo;” desde esta marca comenzaba cada partida. Los participantes lanzaban desde allí su picha, el que lograra colocarla más cerca de la güeca ejecutaba el primer lanzamiento. Para ganar eran necesarias dos condiciones: introducir la metra en la güeca e impactar con aquella la esférica de uno de los adversarios, quien quedaba eliminado y debía pagar una picha de su propiedad.

En realidad, yo era malísimo en el juego de pichas. Jamás pude llegar al nivel de otros compañeros que demostraban una maestría envidiable en cada ejecución, tanto para “agarrar la güeca” como para impactar la metra de un contrario. Nunca pude yo, por más que practiqué, obtener la infalible puntería que tenían ellos, o lanzar la picha rotando sobre su propio eje a medida que se desplazaba para que entrara en el hoyo, “enyoyada” le llamaban. Siempre era yo el primero que quedaba “rucho,”, es decir, perdía en seguida todas las metras que poseía y obligatoriamente quedaba fuera del juego.

Sin embargo, en aquel entonces, eso no me hacía sentir menos que los demás; era necesario seguir adelante y buscar una forma de superar esta situación. Fue entonces que se me ocurrió, formar una liga aparte: convidé a todos los que se encontraban, más o menos, al mismo nivel mío y jugábamos solo entre nosotros, no dejábamos que los más diestros entraran. Una vez que se consolidó esa idea, caímos en cuenta de que éramos muchos más los inexpertos, por lo tanto, las partidas nuestras se convirtieron en unos eventos muchos más nutridos y divertidos que los de ellos. La algarabía era inmensa, así como las porfías, las situaciones curiosas y las risas provocadas, en numerosas ocasiones, por la evidente torpeza de algunos. Muchos adultos desocupados se acercaban, inducidos por el ruido y la curiosidad, para convertirse en un público que comentaba, gritaba, se reía y disfrutaba de las acciones. Todo ello dio como resultado que los maestros de las pichas dejaran de jugar, por cierto tiempo, porque todo el mundo estaba pendiente de nuestros encuentros repletos de participantes; pero después ellos también volvieron a lo suyo... Lo cierto fue que desde ese año se consolidaron en el pueblo dos divisiones para el juego de pichas, una de veteranos y otra de novatos; y al fin pude yo participar de esta actividad de igual a igual, sin ser un perdedor consuetudinario.

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un saludo amigo recuerdo ese juego aquí le decimos metras pero bueno recuerdo comprar bolsas de ellas y jugar en la escuela y apostarlas un juego que me gustaba mucho de niño aunque yo era bueno para darle a las metras de larga distancia cuando las tenia cerca no se porque me ponía nervioso y a veces las fallaba jj un gran juego buena elección amigo que tenga un buen dia

Gracias, amigo, por leer y comentar mi publicación. Creo que en todas partes existe este juego que nos proporcionó tanta diversión en la infancia. Más a usted que era bueno con las metras... Saludos.

¡Saludos, @cruzamilcar63! Ha sido un verdadero placer leerte. Es formidable el modo en que narras cada acción, describes cada técnica e identificas cada elemento. Son muchas las curiosidades que involucran estos juegos tradicionales, pero en realidad eso de distinguir las metras propias de entre tantas que (para mí) son idénticas... bueno, tú lo dijiste con términos tecnológicos: con una precisión de escáner. No digo más.
Gracias por participar. Un abrazo.

Es un orgullo escribir para este y tantos retos que surgen en nuestra comunidad... Me complace que le guste mi publicación. Saludos.

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