La semana pasada mis estudiantes desarrollaron unas buenas exposiciones y una de ellas me llamo mucho la atención. El equipo #3 hablo sobre el Cono monetario en Venezuela y la reseña histórica de la moneda en Venezuela. Esteban quien le correspondía hablar de la reseña, menciono que los conquistadores españoles fueron los primeros en traer monedas a estas tierras, sin embargo hubo un momento que escaseo la moneda y se hacia intercambios con las perlas extraídas de nuestra hermosa isla de Margarita. Wua les exprese al final de la exposición que masacre hicieron con nuestras preciosas ostras que invierten tantos años para crear algo tan hermoso y estos hombres déspotas llegaron e hicieron estragos. De esta vivencia vino a mi la inspiración para escribir esta reflexión que les comparto hoy:

Una familia feliz galopante a orillas del mar Caribe, se encontraban disfrutando de la brisa que con suavidad daba en sus rostros cuando en sus caballos daban un paseo. Sin preocupaciones solo en ese momento les bastaba observar el firmamento hermoso a su alrededor. Una familia y amigos de la comunidad originaria de ese paraíso tropical que Dios les había permitido tener por su habitación para gozar de las riquezas naturales que allí se encontraban. Tierra hermosa, tierra buena, centelleante de la gracia del Divino. Eran afortunados de vivir en ese lugar en paz.

Algún enamorado para agradar a la joven tomaba unas cuantas perlas para enamorarla, feliz una sonrisa seguro le regalaba al joven que pretendía su amor. Que con una perla le llamaba su atención. Y con gusto aceptaba dar un paseo a caballo en tan bello atardecer.

Ellos inocente de todo no sabían que se aproximaba una tormenta a su tierra tan querida, una tormenta de hombre sin escrúpulos sedientos de riquezas e indolentes sin respeto, sin valor a la naturaleza y al mismo hombre su igual. Ya los paseos a caballo por las orillas del mar se acabarán y los regalos de perlas cesarían. Ahora serian esclavos en su propia casa de origen. Porque hombres con poder lo decidieron.

Ahora la joven llora por su amado, cuanto daria por volver a disfrutar de los paseos con su enamorado a orillas del mar Caribe. Su amado arriesga su vida cada día al profundo del mar sacar en montones las ostras para satisfacer a los hombres perverso. Con tristeza la mirada se extiende en el firmamento deseando mirar a su amada con su collar de perlas que un día con amor le regalaba.

Para reflexionar: Siempre tengamos presente disfrutar de cada día que Dios nos regala y dar gracias por la tierra bendita donde nos permite vivir y a los hombres que Dios les permite tener poder en algún momento, úselo para el bien. Porque un día galopante vendrá el que va pedir cuentas por todo lo que hemos hecho "El Soberano Dios"

Gracias le doy a Dios por la oportunidad de participar en esta incentivadora dinámica de escritura, invito a mi amiga @thaispadron a participar. Bendiciones.