«Fíjate tú, chica» como los muchachos heredan nuestras frases y sin querer se les sale en el momento menos adecuado. El primo ni se acordará de su imprudencia con el «señor de la chiva». Creo que no hay profesor que no tenga un apodo, este de hallaquita le quedó gracioso.

Una vez en la Upel llegué temprano y me senté entre el grupo de estudiantes a esperar que se hiciera la hora de mi clase, de pronto llegó una estudiante y preguntó: «¿No ha llegado la vieja de Lengua?», (la materia se llamaba Lengua I) y en general a todos los docentes nos dicen el viejo o la vieja, lo cierto fue que ella abrió su bocota y pasó la vergüenza, se quería morir, pero yo lo que hice fue reírme y usar el ejemplo que venía al caso para el tema que estaba desarrollando ese día.

Saludos