De verdad que eso ha sido un gran hallazgo, ser docente con vocación y tú lo eres, es lo mejor experiencia para llegar al corazón del otro, cada persona que Dios pone en nuestras manos es un regalo y una gran responsabilidad también y así como lo dices, se vuelven nuestros maestros. Qué inmensa fortuna para ti y para ellos.
Felicitaciones, te mando un fuerte abrazo.
Lo recibo ...y gracias